El edulcorante aspartamo, a examen: los riesgos cardiovasculares a los que nos expone

Imagen de una mujer empleado un edulcorante artificial. iStock/Archivo
Compartir

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en verano de 2023, clasificó el aspartamo como "posible cancerígeno", los edulcorantes artificiales han sido promocionados durante años como alternativas saludables al azúcar. Pero, ¿qué pasa si no son tan inofensivos como creemos? Un equipo de científicos del Instituto Karolinska, en Suecia, ha descubierto que este popular edulcorante puede alterar los niveles de insulina y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Dicho equipo de expertos en salud cardiovascular y médicos clínicos del Instituto Karolinska ha demostrado que el aspartamo provoca un aumento de los niveles de insulina en los animales, lo que a su vez contribuye a la aterosclerosis (acumulación de placa grasa en las arterias), que puede conducir a niveles más altos de inflamación y un mayor riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares con el tiempo.

PUEDE INTERESARTE

¿Cambiará la forma en que consumimos edulcorantes?

De esta forma, la investigación publicada en la revista 'Cell Metabolism' de Cell Press muestra que el aspartamo, uno de los sustitutos del azúcar más comunes, puede afectar la salud vascular. Estudios anteriores han vinculado el consumo de sustitutos del azúcar con un incremento de problemas de salud crónicos como enfermedades cardiovasculares y diabetes. Sin embargo, los mecanismos implicados no habían sido explorados previamente.

Para este estudio, los científicos alimentaron a ratones con dosis diarias de alimentos que contenían 0,15% de aspartamo durante 12 semanas, una cantidad que corresponde al consumo de aproximadamente tres latas de refresco dietético por día para los humanos.

PUEDE INTERESARTE

En comparación con los ratones sin una dieta rica en edulcorantes, los ratones alimentados con aspartamo desarrollaron placas de grasa más grandes y más abundantes en sus arterias y mostraron niveles más altos de inflamación, ambos son signos distintivos de una salud cardiovascular comprometida.

Cuando el equipo analizó la sangre de los ratones, descubrió un aumento de los niveles de insulina después de que el aspartamo entrara en su organismo. El equipo observó que no se trataba de un resultado sorprendente, dado que nuestra boca, intestinos y otros tejidos están revestidos de receptores que detectan el dulzor y que ayudan a guiar la liberación de insulina. Pero el aspartamo, 200 veces más dulce que el azúcar, parecía engañar a los receptores para que liberaran más insulina.

PUEDE INTERESARTE

Edulcorantes artificiales y enfermedades del corazón

Los investigadores demostraron que los niveles elevados de insulina de los ratones estimulaban el crecimiento de placas de grasa en las arterias de los ratones, lo que sugiere que la insulina puede ser el vínculo clave entre el aspartamo y la salud cardiovascular. A continuación, investigaron cómo exactamente los niveles elevados de insulina conducen a la acumulación de placa arterial e identificaron una señal inmunitaria llamada CX3CL1 que es especialmente activa bajo estimulación con insulina.

"Como el flujo sanguíneo a través de la arteria es fuerte y robusto, la mayoría de las sustancias químicas se eliminarían rápidamente a medida que el corazón bombea. Sorprendentemente, no es el caso del CX3CL1, que permanece adherido a la superficie del revestimiento interno de los vasos sanguíneos. Allí, actúa como un cebo, atrapando a las células inmunitarias a medida que pasan", apunta el autor del estudio, Yihai Cao, del Instituto Karolinska.

Se sabe que muchas de estas células inmunes atrapadas fomentan la inflamación de los vasos sanguíneos. Sin embargo, cuando los investigadores eliminaron los receptores CX3CL1 de una de las células inmunes en ratones alimentados con aspartamo, no se produjo la acumulación de placa dañina. Estos resultados indican el papel de CX3CL1 en los efectos del aspartamo sobre las arterias, subraya Cao.

De cara al futuro, Cao y su equipo planean verificar sus hallazgos en humanos. Cao también prevé que CX3CL1 sea un objetivo potencial para enfermedades crónicas más allá de la enfermedad cardiovascular, dado que la inflamación de los vasos sanguíneos está relacionada con los accidentes cerebrovasculares, la artritis y la diabetes. "Los edulcorantes artificiales han penetrado en casi todo tipo de alimentos, por lo que debemos conocer el impacto a largo plazo sobre la salud", advierte Yihao Cao.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.