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"La brecha entre sueldos y vivienda se agranda": la realidad detrás del vídeo viral de José Antonio y su vida en una furgoneta

José Antonio Núñez en su furgoneta. Redacción
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CádizEl caso de José Antonio Núñez, el joven gaditano que decidió independizarse viviendo en una furgoneta ante la imposibilidad de afrontar un alquiler en Cádiz, ha generado una enorme repercusión en redes sociales. Su vídeo, en el que muestra cómo es su día a día dentro de una Volkswagen T5 habilitada como vivienda, acumula ya miles de visualizaciones y ha abierto un debate que trasciende su experiencia personal, porque, al contar su vida, expone el síntoma de un problema estructural que afecta a toda una generación.

"Viviendo en una furgoneta como un joven por una necesidad. Con 1.300 euros al mes, pagar un alquiler en Cádiz es renunciar a vivir. No elegí mi furgo como un sueño, sino como una solución. Me muevo, ahorro y construyo lo que el sistema me negó: un futuro. Esta es la España real", explicaba el joven funcionario en la descripción del video que tantas vueltas ha dado.

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En conversación con la web de Informativos Telecinco, José Antonio explica que su decisión, que en un principio respondía exclusivamente a motivos económicos, ha derivado en un estilo de vida con el que asegura sentirse plenamente identificado. "Al principio era por ahorrar y demás, pero con el tiempo descubrí una forma de vida que me gusta", asegura. "El alquiler está fatal y mis amigos están igual, no encuentran nada, así que cada vez están más apretados viviendo en casa de sus padres", relata.

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La realidad detrás de las cámaras

Pero son muchos los usuarios que cuestionan la viabilidad de vivir de forma prolongada en un vehículo, por cuestiones de necesidades básicas. Sin embargo, él insiste en que no vive con carencias ni renuncias esenciales. "¿Comodidades? Prácticamente las mismas que una casa. Tengo ducha, agua caliente, calefacción, batería, nevera… Tengo todo lo necesario", defiende.

José Antonio se siente respaldado por los suyos, que han entendido que esta es la forma de vida que ha elegido, o la que se ha visto obligado a elegir: "Me ven feliz y llevando una vida plena y al final, eso es lo que importa". Pero, más allá de su experiencia particular, apunta hacia un problema que considera transversal. "La situación está muy jodida. No veo que vaya a haber una solución y cada vez la brecha sueldo–casa es más grande", lamenta.

Se refiere a la distancia entre los salarios y el coste de la vivienda y de la vida en general. Pero a pesar de sus palabras, asegura no buscar crear un debate reivindicativo: "esto es un problema que nos abarca a todos por igual, seas lo que seas".

Una brecha que crece al ritmo del mercado

Los datos respaldan esa percepción. Según el Estudio Económico de España 2025, el acceso a una vivienda asequible se ha convertido en un reto para un número creciente de ciudadanos. La fuerte presión de la demanda, unida a una oferta que no crece al mismo ritmo, ha generado un déficit estimado en unas 600.000 viviendas entre 2022 y 2025, según cálculos del Banco de España.

A este desequilibrio se suma la escalada continuada de los precios. Fotocasa prevé que la vivienda cierre 2025 con un incremento del 15 % y alcance los 2.830 euros por metro cuadrado, mientras que el alquiler marcará máximos históricos rondando los 14 euros por metro cuadrado. De cara a 2026, el portal inmobiliario proyecta un nuevo récord en el mercado de segunda mano y anticipa que las rentas podrían crecer cerca del 7 % interanual, prolongando un ciclo alcista que no ha dado tregua desde que se superaran los registros de 2007 hace tres años.

El encarecimiento se ha extendido por todas las comunidades autónomas. En 2025, según el mismo informe, todas rebasaron sus máximos y alquilar una vivienda de 80 metros cuadrados cuesta ya alrededor de 1.150 euros mensuales. Esto supone que el esfuerzo económico destinado al pago de la renta supera el 47 % de los ingresos medios, muy por encima de las recomendaciones internacionales.