Vivienda

Valencia se queda sin suelo para vivienda: solo se pueden contruir 8.000 y se necesitan 30.000

Edificio en construcción en Valencia. Europa Press
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El mercado inmobiliario en Valencia está al límite. Los precios para adquirir o alquilar una vivienda se han disparado a límites nunca alcanzados, ni siquiera en la burbuja de 2008. Una situación que provoca que gran parte de la población no pueda acceder a un piso en la ciudad y tengan que buscar en municipios del área metropolitana que también está tensionada.

El urbanista Alejandro Escribano, responsable del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia alerta de la situación crítica de una ciudad que ya no puede crecer más debido a la protección de la huerta y al parque natural de la Albufera, dejando suelo disponible para contruir solo entre 8.000 y 10.000 pisos, un número que no solucionaría la crisis actual, ya que se necesitan a día de hoy 30.000 inmuebles ante la llegada de numerosos inmigrantes. Una deficit que se agrava año tras año y que en 2030 se calcula que alcance las 133.000 viviendas. Así lo señala el informe de la Cámara de Comercio de Valencia elaborado por Amadeo Aznar, con la colaboración del propio Escribano, junto a José María Tomás y Juan Manuel Real.

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El estudio señala que los principales factores que explican el incremento del precio de la vivienda son el aumento sostenido de la población residente, el auge del turismo y de las viviendas de uso turístico, la transformación de los modelos familiares y el envejecimiento poblacional, que limita la rotación en el mercado. A ello se suman las dificultades estructurales del lado de la oferta, como la escasez de suelo urbanizable, el encarecimiento de los materiales, la falta de mano de obra cualificada y una normativa cada vez más exigente y compleja.

Soluciones a la escasez de vivienda

Ante este escenario, la Cámara plantea cuatro grandes líneas de actuación: Incrementar la disponibilidad de suelo urbanizable mediante la simplificación y agilización de los procesos de transformación de suelo, que actualmente pueden demorarse hasta 15 o 20 años, como se ha constatado en casos como el de Turianova. Revisar y equilibrar el marco normativo, cuya creciente complejidad —aunque beneficiosa en términos de calidad y sostenibilidad— está ralentizando los procesos constructivos y elevando los costes finales de la vivienda. Establecer una política tributaria que favorezca precios más asequibles, incluyendo medidas como la eliminación del IVA para la compra de la primera vivienda, especialmente en un contexto en el que el precio medio de una vivienda nueva se ha incrementado un 65% desde 2014. Desarrollar un modelo metropolitano coordinado, denominado "Gran Valencia", que promueva un desarrollo urbanístico cohesionado con infraestructuras de transporte público eficientes, hubs intermodales y servicios de proximidad, facilitando así el acceso a la vivienda en municipios periféricos. “La situación actual exige decisiones valientes, coordinación entre administraciones y un nuevo pacto público-privado para hacer frente a un reto que no solo afecta a las familias, sino también al desarrollo económico sostenible de nuestra provincia”, subraya el presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata.

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La opción propuesta por los expertos es contruir en el área metropolitana, entre la CV-35 y de la autovía de Torrent. En este espacio sería posible aumentar la densidad de viviendas, con edificios de entre seis y diez alturas, lo que permitiría construir 25.000 pisos, un alivio para el problema estructural, aunque no sería definitivo.