La clausura del Centro de Día de Alicante deja a 40 ancianos encerrados en casa: "Éramos una familia"
La Generalitat Valenciana ha dejado de financiar el centro y el Ayuntamiento de Alicante decidió cerrarlo sin previo aviso el pasado 15 de agosto
Las condiciones insalubres de la residencia ilegal de Elche: atendían a pacientes vulnerables entre restos de excrementos, orina y animales
AlicanteDesde hace un mes, Pepa se pasa el día encerrada en casa. "Vivo en un tercero sin ascensor y me cuesta subir y bajar las escaleras, así que me paso el día viendo la tele sentada en el sofá y no te acuerdas ni de comer porque no tienes ganas", explica Pepa Moreno.
A sus 83 años, su vida ha cambiado de un día para otro. El pasado 15 de agosto, el Centro de Día Altozano de Alicante cerró sus puertas dejando a 40 ancianos con dependencia leve o moderada sin un lugar al que acudir. "Estábamos como en nuestra propia casa, éramos todos, los usuarios y los trabajadores, como una familia", asegura Pepa.
El Ayuntamiento de Alicante, del que dependía el centro, decidió sin previo aviso su cierre después de que la Generalitat Valenciana dejara de financiarlo. "Alegan que el local no cumplía con la normativa porque se encontraba en un entresuelo y tenía que estar en un bajo a pie de calle", explica Julia Martínez, exempleada y representante de los trabajadores del centro.
Cada día los ancianos eran recogidos en sus casas a las 8:30 de la mañana y volvían a las 17 horas. "Estábamos siempre entretenidos. Teníamos clases de dibujo, gimnasia, hacíamos excursiones y jugábamos al parchís o al dominó. No parábamos".
Además, en el centro les daban de comer y contaban con psicóloga, fisioterapueta y médico. "Estábamos muy bien cuidadados por el personal. A la gente que tomaba medicación estaban pendientes de que tomaran las pastillas y nos daban todos los cuidados que necesit ábamos".
Centros de día privados
Tras el cierre, los ancianos se han visto abocados a pasar el día solos. "Estas personas si no están activas y acompañadas pueden entrar en depresión y su salud física y mental cae en picado", asegura Julia Martínez.
La única alternativa similar al servicio que tenían son los centros de día privados, aunque son pocos y caros. "Hay listas de espera de hasta dos años y el precio de los más baratos ronda los 800 euros. ¿De dónde saco el dinero si cobro 870 euros de pensión? y ¿esperar dos años?, con la edad que tengo a lo mejor ya no estoy", explica Pepa.
Otros usuarios se han visto obligados a dejar sus casas y trasladarse con familiares. "Una de nuestras compañeras, Amparo que tiene 102 años, se ha tenido que ir a Madrid a vivir con su hijo".
Otro problema al que tienen que hacer frente los usuarios es el aumento de sus gastos. "Allí nos daban de comer y ahora tenemos que comprar nosotros la comida y cocinarla".
Sigue la lucha
Desde el cierre del centro, los 14 trabajadores que han sido despedidos junto a alguno de los usuarios se están movilizando para tratar de conseguir la reapertura. "La Generalitat se ha comprometido a volver a financiarlo si el ayuntamiento facilita un local que cumpla la normativa. Esperamos que esto no sea un partido de tenis en el que se pasan la pelota de uno a otro", señala Julia Martínez.
Lo que tienen claro es que van a continuar con las movilizaciones para que los ancianos de Alicante vuelvan a tener un lugar donde estén atendidos y puedan disfrutar de compañía. "No vamos a parar porque en el momento que paremos esto se olvidará", asegura la extrabajadora.