Discapacidad

Cristóbal, un joven con parálisis cerebral, sueña con un coche adaptado esta Navidad: "Se siente encerrado en su cuerpo"

Su madre tiene que cargarlo a pulso para meterlo en el coche. Telecinco.es
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ValenciaCristóbal nació hace 19 años completamente sano, pero cuando tenía tan solo 24 días comenzó a convulsionar mientras tomaba el biberón. Después de un mes de pruebas, los médicos dieron con el diagnóstico, meningoencefalitis vírica por herpes Zóster Simplex tipo II. "La única explicación que me dieron es que se lo podría haber provocado una persona con un herpes en la nariz o en la boca que se lo había pegado al darle un beso o acercarse a él", explica su madre Lucía Soriano.

Una enfermedad que tendría que haber acabado con su vida, pero Cristóbal sobrevivió, aunque sufre una parálisis cerebral y una tetraplejia que le impide valerse por si mismo. "Me necesita a mí para todo porque no puede moverse, pero es un niño milagro porque tendría que haber muerto y sigue sumando días".

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A pesar de las graves lesiones que sufrió en el cerebro, solo le funciona una cuarta parte, Cristóbal es muy consciente de su situación. "Tiene sus altos y sus bajos. Una vez le llegó a pedir a su médico la eutanasia. Decía que aunque lo intenta no consigue que su cuerpo funcione y que esto no era vida ni para él ni para mí", recuerda su madre, que explica que "siente que está encerrado en su cuerpo".

Necesita un coche adaptado

Desde los 8 años, Cristóbal se ha sometido a multitud de intervenciones en las piernas para que no se le atrofien y aunque consigue andar algunos pasos en un andador, no es capaz de moverse por sí mismo. Para desplazarse utiliza una silla de ruedas eléctrica, que no puede llevarse cuando tienen que ir en coche. "Tengo que cargar sus 65 kilos a pulso y es muy complicado meterlo en el coche, por eso necesitamos uno adaptado para que tenga más libertad y podamos salir más de casa", asegura Lucía, que tiene dos hernias en las vértebras cervicales y está a la espera de una operación quirúrgica que no puede realizarse. "Si me intervienen no me puedo ocupar de Cristóbal y por ahora es imposible".

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Gracias a la Fundación Isabel Enrique Díaz han puesto en marcha una campaña para conseguir los fondos necesarios para adquirir el vehículo que necesita. Además, van a instalarle una guía en el techo de su casa para que pueda desplazarse con una grúa. "Viven en piso de poco más de 40 metros cuadrados, Cristóbal, su madre y sus dos hermanas gemelas de 11 años. La vivienda no está adaptada y para ir a su cuarto o al baño su madre tiene que llevarlo a pulso y eso le obliga a estar siempre en el salón", explica Luis García, presidente de la fundación.

Siempre con una sonrisa

A pesar de los innumerables problemas que tienen que afrontar cada día, Cristóbal y su familia, tratan de no perder la sonrisa. "Esto va mucho con la actitud. Esta es una vida que nadie quiere, no es fácil, pero tienes que afrontarlo. Lloramos, nos secamos las lágrimas y seguimos adelante siempre con una sonrisa", asegura su madre.

Con esa actitud positiva, Cristóbal acude a un colegio de educación especial. "Estuvo en un colegio ordinario, pero tuvimos que cambiarlo porque no suplían todas sus necesidades. Es muy consciente de los compañeros que tiene y sus limitaciones. Él les ayuda a ellos y a los profesores".

Ahora, también estudia online un curso de producción musical por inteligencia artificial. "Me vuelve loca con la música, pero a él le encanta, le dedica mucho tiempo. Le pone música y letras a sus canciones. Es una pasada lo que consigue hacer".

Entre sus muchas aficiones, Cristóbal es un apasionado de la velocidad. "Le gustan mucho las motos y los coches. Una vez vino un piloto de Ducati y conseguimos subirlo a una moto, atado con cinta aislante y le dieron una vuelta por Valencia", recuerda Lucía.

Su gran pasión es el Valencia C.F. Es uno de los habituales del Estadio de Mestalla junto a sus compañeros de la Peña Valencianista Los Calaveras, que también se ha unido a la Fundación Isabel Jiménez Díaz para conseguir un coche adaptado para Cristóbal. "Sería un sueño hecho realidad", asegura Lucía.