La historia vivida por Nuria y Fernando en su pueblo es terrorífica. La pareja se marchó a vivir a un lugar donde ellos creían que iba a ser felices, donde poder formar una familia y dejar atrás todo el ajetreo de la ciudad que les tenía absorbidos. Sin embargo, allí vivieron un calvario insoportable.
Chillidos, pitidos con coche, cánticos, música alta, petardos que parecen disparos, insultos... estos son algunos de los sonidos que se recogen "insultos, amenazas, basura, nos pinchaban las ruedas de la furgoneta, la de las bicicleta, nos cortaban el cable de la antena, nos acusaban de delitos, nos denigraban como personas". en los audios grabados por los acosados. A veces, se puede escuchar como llaman a Nuria "hija de puta", "guarra", "ladrona" o "sinvergüenza". Después, explican que los vecinos se dedicaban a escuchar las conversaciones que tenían dentro de la casa, pegando la oreja a ventanas, puertas y por la terraza.
Fernando, con la voz rota, explica lo que han sufrido: "Insultos, amenazas, basura, nos pinchaban las ruedas de la furgoneta, la de las bicicleta, nos cortaban el cable de la antena, nos acusaban de delitos, nos denigraban como personas".
"La Guardia Civil se escandaliza bastante, que van a llevar la denuncia al Juzgado porque las coacciones, a día de hoy, es muy difícil demostrarlo hasta que haya sangre: o bien porque el acosado pierde los papeles o porque el acosado es asesinado por los acosadores".
Pero si las actuaciones de los vecinos es lamentable, lo peor está por llegar. Las mujeres y hombres del pueblo se ríen de Nuria porque todavía no ha tenido hijos con su pareja: "Queremos formar una familia pero todavía no ha sido posible, se ríen y me llaman seca".