Pedro, Carmen, Soledad y Pedro son los Manso-Piñero, la familia encargada de adoptar a Pepe Herrero durante 24 intensas horas. Esta familia regenta dos negocios: una panadería y una frutería en el centro comercial 'Las Rosas' (San Blas, Madrid), por lo que la primera sorpresa para Pepe fue ver su "nuevo hogar".
Al comienzo de su adopción Pepe afirmaba desear pasar 24 horas tranquilo y relajado, pero cuando llegó a su destino final no tenía ni idea de lo que le esperaba: "Esto mucha pinta de casa no tiene", declarba al ver el centro comercial donde trabaja su nueva familia.
Pepe conoce a su "papá"
Tras preguntar por varios puestos del centro comercial por Pedro, su padre adoptivo, Pepese fundió en un tierno abrazo al conocer al responsable de su adopción: "¿Usted es Pedro? ¿Pedro el que me ha adoptado? ¡Papá, qué ganas tenía de conocerte", exclamaba entre risas el madrileño.
Pero Pedro no tenía muchas ganas de fiesta y sí de trabajar, por lo que ya le advertía a su "hijo adoptivo" de que se tenía que preparar para echar una mano en el negocio familiar y para madrugar. A Pepe esto le sentaba con un "jarro de agua fría": "Yo esperaba un chaletito, ir a la piscina... pues no van por ahí los tiros", confesaba ante su cámara personal.
Hecha la primera toma de contacto con su "papá", Pepe conocía al resto de su nueva familia: Carmen, la madre que trabaja en la frutería, y Soledad, la hija del matrimonio, que también trabaja en la frutería. Tras conocer a su hermana, Pepe hacía de periodista interrogándola con un pepino: "¿Qué opina de este nuevo miembro que acaba entrar en la familia". "Yo encantada, uno más de la familia", afirmaba Soledad.
Momentos más tarde, Soledad afirmaba en solitario que Pepeera una persona estupenda, lejos de tratarse de un famoso estirado.
Pepe se convierte en frutero
Llegaba la hora de trabajar y Pepe se enfundaba un gracioso delantal para ser un miembro más de la familia y un frutero más del mercado. El 'ex gran hermano' se metía en el papel de comerciante preguntado a su padre sobre el estado de los melones, pregonando sus mejores ofertas o atendiendo con delicadeza a un cliente ante las exigencias de su "hermana".
De frutero a carnicero
Pero la jornada no había hecho más que empezar y a Pepele quedaban varias pruebas por las que pasar como ayudar a sus vecinos del mercado con sus tareas. De esta manera, el madrileño aparecía en una especie de matadero dispuesto a llevar a cabo oficios de carnicero.
Con cuchillo en mano, Pepe aguantaba el tirón de superar la prueba de partir una mano de cerdo ante la mirada de sus compañeros. "Joé, qué méritos tenéis", les decía a los carniceros mientras intentaba controlar su mano de cerdo.
Después de estos duros momentos, el adoptado necesitaba un momento de relajación y ante la despistada mirada de Pedro, se escapaba a divertirse, aunque su momento de gloria le duraba poco. "¡Pepe, vamos macho, qué tenemos que terminar, tronco!", le decía Pedro pillándole con las "manos en la masa".
Su "hermano", un 'arturista' convencido
Llegada la noche, Pepe acudía a su nuevo hogar para cenar y descansar, pero también se encontraría con otro sorpresa: Pedro, su nuevo hermano.
Sentados a la mesa, Pedro brindaba por la nueva adopción y Carmen le preguntaba por su experiencia en 'GH, El Reencuentro', sobre todo, por discusión con Arturo e Indhira.
Mientras Pepe daba sus explicaciones sobre esta situación, su "hermano" se enfrentaba a él defendiendo los principios de un 'arturista' convencido. Las caras del resto de la familia reflejaba la sorpresa que Pepe se estaba llevando con la opinión de este chico.
Y era el propio "hermano" quien reconocía la tensión vivida entre ambos: "La conversación que hemos tenido con Pepe ha sido un poco enfrentamiento porque no opinamos lo mismo".
Después, Pepe se retiraba finalmente a su nueva habitación, donde se quejaba del día vivido y sobre todo, se acordaba de lo que tenía que madrugar para ir a comprar género. ¿Se levantará Pepe para ayudar a su familia? Descúbrelo el viernes 14 de mayo en 'Adopta a un famoso'.