Hoy hace un mes. Hoy se cumple un mes del día más feliz para todos los ivanistas. Hace un mes, tal día como hoy, nuestro príncipe Pirata se coronaba Rey.
Celebrémoslo y démosnos la enhorabuena, piratas. Recordemos tantos esfuerzos, tantos lloros, tantas risas, tantas luchas. ¡Qué hermoso fue! ¡Cuánto sufrimos los meses anteriores a este gran día! Semana a semana luchando, poniéndonos las bufandas blancas en cada gala, mordiéndonos las uñas hasta convertir nuestras manos en muñones, ciber-bebiendo ron hasta quedar exhaustos,...
¡Qué hermosa la unión y la lucha común! Una lucha limpia, todos unidos por un noble objetivo común. Aquel chico nos conquistó a todos. Era la sinceridad y la nobleza hecha persona. Era la buena fe y inocencia. Era la falta de rencor y la alegría de vivir. Era un incomprendido por sus compañeros, pero ¡Qué bien le comprendíamos nosotros!
Realmente para mí, aquellos 4 meses con Iván y “sus circunstancias” fueron la mejor terapia. ¡Cuántos sentimientos (incluida la rabia) pasaban cada día por mi corazón! Me sentí formando parte de un grupo unido, de un grupo de gente sin mala idea que jugábamos al mismo juego, que vibrábamos por el mismo objetivo y que jugábamos limpiamente para lograr el mismo fin.
¡Cómo llegué a soltarme la melena, Dios! “Grité”, cogí una bandera, un silbato, una “espada” e intenté luchar con todas mis fuerzas animando a quienes compartían este sentimiento..... Y vencimos.
No fui la primera ivanista, ya que “lo nuestro”, como he explicado en más de una ocasión, no fue un “amor a primera vista”, pero sí una unión, un “entender”, una empatía ganada día a día por este maravilloso cántabro. Tampoco fui la última. No fui la más importante, ya que nadie fue más o menos importante que otro.
En aquel momento, todos los ivanistas, de la PPI, de Ivanistas punto com, del foro de Telecinco, los de los innumerables bogs y foros que existen en la red, los ivanistas de Cuenca o de Badajoz, cualesquiera, entre todos, habíamos llevado a nuestro Iván al triunfo.
En aquel instante todos vibramos de emoción y, por unos minutos, perdimos nuestra identidad y nuestra procedencia, para abrazarnos como uno solo por la victoria de nuestro concursante preferido.
Los ivanistas tuvimos que oírnos de todo: que éramos jeques árabes, que éramos amigos millonarios de Iván, que estábamos pagados por telecinco,... Y bien sabemos, cada uno de nosotros, que éramos gentes de todas partes, que excepto algunos privilegiados, no conocíamos a Iván y que nuestro esfuerzo económico nos costaba, semana a semana, votar para lograr que, al final del camino fuera Iván, nuestro chico, quien se llevara el premio.
“Calumnia, que algo queda”, dice el refrán, pero cada uno de nosotros sabemos que hemos jugado limpio y que nos hemos dejado la piel en ello. Por eso, el triunfo de nuestro Iván Madrazo, al igual que hacer finalista a la maravillosa Almudena, nos llena de orgullo.
Quedémonos hoy con ello y recordemos aquel gran momento, aquella maravillosa Gala, aquellos maravillosos instantes en los que creímos que el mundo es maravilloso.
Hoy hace un mes, piratas... ¡FELIZ “MENSUARIO” A TODOS! ¡FELIZ “MENSUARIO”, IVÁN Y ALMUDENA!
Carla.-
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