Diagnóstico: cáncer

telecinco.es 28/03/2009 20:28

En esta entrada no se va a escribir nada en “negritas”, como tampoco se van a exponer NORMAS DE COMPORTAMIENTO. Confío en que no hagan falta.

Es difícil escuchar un diagnostico como el que te dice que padeces un “cáncer”. Sí, realmente es muy difícil porque, aunque hoy no sea sinónimo de “muerte”, todos sabemos que al oír esta palabra, se nos sube inequívocamente al patíbulo y nuestra vida dependerá del estadio en el que se encuentre la enfermedad y todos, de una manera u otra, sabemos, conocemos o imaginamos que esta lucha va a ser difícil y complicada.

Aun así, cada uno de nosotros, afrontamos esta realidad a nuestra manera. Los hay que se hunden nada más saber que el maldito cangrejo ha elegido anidar en su organismo y se preguntan (o nos hemos preguntado) ¿Por qué a mí?

Otros, tal vez por ignorancia, o sencillamente porque se refugian en ella, intentan agarrarse al principio de “no sé lo que me ha dicho el doctor/a, pero me pondré bien”.

Los hay, la mayoría (entre los que también me incluyo), piensan que ésta es una de las duras pruebas a las que te somete la vida y, vuelcan toda su energía en agarrar al toro por los cuernos y se dicen (y decimos): “No sabes con quien te la juegas, cangrejo de mier..., no vas a poder conmigo” E intentan (y realmente lo llegan a hacer) poner toda la carne en el asador y luchar con toda su fortaleza física y psíquica (la tengan o no, la tengamos o no) para abatir a tan “desleal compañero”·.

Hay enfermos que prefieren guardar esta información para sí. Tal vez sea porque piensan que nombrarlo "da mal fario", o porque no consienten que este problema forme parte de su vida y, cada vez que lo mencionan, irremediablemente se acuerdan de ello.

También los hay que, tal vez por necesitar “apoyo exterior”, deciden (decidimos) contarlo sin rubor, como si cada vez que hablamos de ello, echáramos parte de este mal fuera de nosotros.

Y pasa el tiempo... Tras muchas e incómodas pruebas; tras intervenciones quirúrgicas y tratamientos posteriores (quimioterapia, radioterapia, e incluso ambos a la vez o consecutivos), cuando ves que tu organismo se deteriora y que, algunas veces, no puedes recibir el tratamiento, porque tu cuerpo no admite más, con lo cual, “tu vía crucis” parece no tener fin, tu fuerza, tu optimismo, tus ganas de luchar, desaparecen...

Hay veces en las que te ves perdido/a, sin ánimos, sin fuerzas y ya estás harto/a de preocupar a los tuyos, a los que viven día a día tu dolor y, porque te quieren, sufren igual o más que tú, y entonces buscas una salida. Pides ayuda , pides consuelo, pides fuerza, como náufrago en una isla, para recibir esta calidez que ya no puedes exigir de los tuyos, a los que no quieres preocupar más, a los que no quieres asustar más...

Y si, a pesar del tratamiento, que llevas mal por las circunstancias que sean, vuelven a aparecer síntomas que te llevan a pensar que todo ha sido inútil, que tanto la intervención como el posterior tratamiento no ha servido para nada pues vuelves a tener los mismos signos que te llevaron a acudir al médico,...Cuando crees que la vida, definitivamente se te escapa de las manos, quieres cumplir aquel anhelo, tu último anhelo, aquel cercano anhelo que crees que podrás ver cumplido.

A día de hoy, sin haber terminado mi tratamiento con quimioterapia (ya que se ha tenido que ver interrumpido más de una vez porque mi organismo, a menudo, no podía soportarlo) y a pesar de que me operaron a mediados del pasado mes de abril, habiendo tenido síntomas desde nueve meses antes, me siento con fuerza para lidiar con todo.

Apenas tengo cabello, los corticoides han deformado mi físico y mis encías se han retraído... He tenido que soportar acusaciones y burlas de cualquier tipo (desgraciadamente, no he sido la única)... Aun así, gorda, pelona, con un diente de menos y medio “p’allá”, aquí sigo, como aquí o allá seguimos los “elegidos por el cangrejo”, superando pruebas y luchando día a día para intentar vencer a éste, nuestro peor y real enemigo.

A mis “colegas de diagnóstico”, a la gente que empatiza con nosotros, que no mal-piensa, a la gente que no se precipita en sus juicios y, especialmente, a la gente que no juzga, sólo deseo que la vida, que esta corta estancia de existencia que se nos permite a todos vivir en este bello planeta azul, que todo lo que piseis se convierta en rosas.

A "los otros" os deseo de corazón que veais la luz y comprobareis que este camino rocoso, doloroso y extraño, se convierte también en una camino de rosas. No el que tengais delante, porque, para todos es un camino ora tortuoso por las piedras y ora mullido por la hierba, sino el que dejeis a vuestro paso.

A todos, absolutamente a todos los enfermos, de ésta o de cualquier otra dolencia, bien sea física o psíquica, os deseo fuerza, ánimo, esperanza. Nada es para siempre, amig@s, nada.

Y a los "sanos", a los afortunados, os ruego SOLIDARIDAD con quienes no tienen la suerte de disfrutar como vosotros del tesoro más valioso de este mundo: La salud. Apoyad, comprended, ayudad en la medida de lo posible, a aquellos que, a día de hoy, no disfrutan de este valioso don. Y, por favor, vosotros que lo disfrutais, conservadlo.

Muchas gracias por leer hasta aquí. Sois maravillosos.

Carla.-

***

Para CONTACTAR con la administradora podeis dirigiros a ivanistas@telefonica.net pero, por favor, identificaros con el nick que usais en este blog, para poder reconoceros y, por tanto, responderos. Gracias