Parada: "¡Por España!"

telecinco.es 28/05/2010 09:01

"¡Por España!", exclamó Parada al tirarse de la barca, antes de ir a nado a la abandonada playa de Buttonwood Cay. No fue el salto desde el helicóptero (las condiciones meteorológicas no eran las mejores para ello) pero este periodista le puso la nota folclórica que nadie antes había puesto. Sí, señor, un punto para él.

El otro punto es por saltar en calzoncillos. No quería mojarse el pantalón y, ni corto ni perezoso, se despojó de esta prenda para dejar ver sus ya famosos gallumbos verdes. ¡Qué arte! Y nos lo queríamos perder. Al final Parada no estará una semana en la isla, como nos habían hecho creer, sino hasta que su cuerpo serrano aguante. El cuerpo y sus tragaderas, porque anoche ya le sometieron a una especie de tortura china consistente en comer paté de araña, sesos, ojos de pez crudos y cosas así de apetecibles.

Cada plato tenía una recompensa de entre el equipamiento que el pobre Parada no tuvo tiempo de recoger en los escasos dos minutos dados. No se han dado cuenta todavía que el retardo del sonido hace que los tiempos se reduzcan tres o cuatro segundos, por lo cual sería justo que al llegar el reloj a cero aún contasen ese tiempo extra. Menos mal que estuvo rápido el nuevo habitante y al menos incluyó las cerillas entre las cosas que sí logró llevarse a Wild Cay (la isla ha perdido el "Cane", por lo cual se queda en Cayo Salvaje).

A Parada le estuvo llamando Jesús Vázquez de forma repetida Javier, sin que sepamos el origen de esa jugarreta del subconsciente. Aquel debería haber aprovechado para cantar aquella canción de Pablo Carbonell que decía 'Yo no me llamo Javier'. La primera misión fue completada exitosamente por el nuevo superviviente, a ver si le encargan algunas más y recogen algunas de las sugerencias que hacíamos aquí ayer.

Acertó nuestra encuesta una vez más y Bea fue la expulsada. Su reacción de contento era previsible y no muy diferente de la que hubiera mostrado en caso de no ser ella la votada por la audiencia para apearse de esta aventura. En nada se corresponde tal contento con la prepotencia de días anteriores, cuando expresaba su convicción de que no se iría. Según ella, le daría fuerza una nominación tras otra, pero ella las iba a ir superando. No sé de donde le vino esa extraña convicción, quizá supo que era favorita en el otro reality en el que participó este mismo año.

Alguien le debió decir que se había llegado a acercar al favorito y ganador de esa otra aventura, y creyó que mantendría el apoyo y las simpatías del público independientemente de lo que hiciera aquí y ahora. Pero esto no va de esa manera, y anoche tuvo ocasión de comprobarlo. Aquella vez tuvo la complicidad de otro concursante, al ir en pareja con él, y la audiencia pudo apreciar la gracia de esa especie de pareja a lo 'Escenas de matrimonio'. En los días que ha estado en la isla y en la selva, 'la legionaria' ha conseguido ganarse las antipatías de todos y ha mostrado su peor cara, hasta el punto de hacer buena a María José.

Estoy convencido de que no es mala persona, pero sí bastante insoportable, como he repetido aquí varias veces estos días. Ha sido de esa gente que genera mal ambiente con su sola presencia y saca a los demás de sus casillas. Demasiado bien la despidieron anoche sus compañeros, famosos y anónimos. Especialmente llamativa me pareció la charla cariñosa que vimos estaba teniendo con Óscar, el mismo que la había llamado hace pocos días "desgraciada" y "sinvergüenza". A Bea le ha pasado lo mejor que podía haberla pasado, y hará bien en hacer caso de los buenos consejo de Jesús. Que se retire una larga temporada y nos deje tranquilitos.

Pero no fue esta la única expulsada de la noche. Tampoco fueron dos, como habían avisado de que sería, sino tres. Las otras dos expulsiones habrían de ser decididas por votación de la audiencia en el breve espacio de media hora y a elegir entre los cuatro peor clasificados en la prueba de liderazgo. Fue esa una prueba polémica al haber descalificado el día anterior a Román por haber hecho trampas, una sanción que revocaron ayer devolviéndole su primer puesto en la clasificación, por lo cual pudo disputar la fase final de la prueba de líder, desarrollada en la misma gala.

Es extraña e inexplicable la decisión del programa. O más que inexplicable podemos asegurar que no nos fue explicada, lo cual algunos habríamos agradecido. No entiendo como después de la propia confesión del protagonista deciden quitarle la sanción. En el momento de la prueba tuvieron el acierto de no comunicarle las razones por las que le consideraban un tramposo. Digo que fue un acierto porque así pudieron esperar a su propia confesión. El bombero contó a sus compañeros, una vez estaban todos de nuevo en Buttonwood Cay, que veía luz y algunas formas por debajo del antifaz. Para él se trata de la comisura de la nariz, lo cual no existe.

Vamos a ver, si llevan antifaz es para no ver. Y si el propio concursante reconoce haber visto es que hizo lo que no debía. Por tanto, es evidente que sí hizo trampa. La semana anterior jugó sucio agarrando los genitales de Óscar y esta vez procurando ver lo que no vieron los demás. Es injusto que pudiera luchar (con poco éxito) por la inmunidad él y no quien sí acató y cumplió con las reglas y el espíritu de la prueba. Por buscar el lado positivo a todo esto diré que por volver a clasificarse para luchar por el liderazgo dejó de tener opción Rafa, el cuarto clasificado que había entrado en la terna tras la descalificación del tramposo.

Se jugaron el liderazgo Román, Parri y Perdi, ganando este último. Como habíamos supuesto días atrás, desde la gala de anoche el privilegio del líder no es solamente ser inmune a las nominaciones sino también decidir con su voto el segundo nominado de la semana, lo cual hace especialmente importante conseguir ese collar. Como decía antes, entre los cuatro peor clasificados en la prueba se decidía la salida no de uno sino de dos concursantes más.

Estos eran Trapote, Deborah, Javi y Carla. Estaba claro que uno de ellos sería Carla. Su inactividad exasperante y la desconsideración hacia el programa y sus espectadores al portar una camiseta pidiendo auxilio (al mensaje de la parte anterior hay que sumar el "SOS" del dorso) le hacían merecedora de la expulsión, por mucho que coincidiera con su deseo.

Más dolorosa fue la expulsión de Javi. Su reacción inmediata fue sentarse y tapar su rostro con las manos. Con los ojos enrojecidos recibió palabras de ánimo por parte de todos sus compañeros, incluso de las chicas que le habían acusado de ser misógino, poco más o menos. Da pena ver truncados los deseos y las esperanzas de un concursante, incluso tratándose de alguien como Javier Quiñones, de un carácter algo desabrido y desagradable. Pero algunos no entienden que este concurso no trata de complacer los deseos de los supervivientes sino dejar que decidan los espectadores, cuyos deseos sí han de ser tenidos en cuenta.

Los espectadores decidieron anoche que de los cuatro propuestos preferían la salida de Carla y Javi. Nada que objetar a su decisión. No sé si hubiera sido la misma en caso de que en lugar de decidir entre los cuatro peor clasificados hubiera sido entre los cinco últimos, por ejemplo, o incluso entrando todos ellos en liza. Por cierto, en el primero de estos supuestos se habría sumado Víctor al grupo de concursantes en peligro, al ser el quinto clasificado empezando por el final.

Solamente Guillermo y Rafa evitaron nominar a Trapote, aparte del líder que estaba obligado en todo caso a elegir a otro concursante al estar esta ya nominada. Los dos mencionados nominaron a Román, aunque sus votos se quedaron en meramente testimoniales al haber decidido todos los demás atender a las peticiones de su compañera, que lloraba desconsolada un rato antes no solamente por empatía con Javi sino porque hubiera querido ser expulsada ella misma.

En idéntico caso al de la primera gala, en que la nominación a Consuelo Berlanga de todos menos dos concursantes de su grupo les mereció una sanción al estar prohibido terminantemente pedirla, esta vez no hubo ni sanción ni comentario reprobatorio alguno por parte del programa. Por el contrario, sí lo hubo para Rafa dado su comportamiento con el equipo técnico, lo cual ni fue mostrado ni siquiera explicado. Si nos hacen partícipes de algo tan grave lo menos que merecemos es un somero relato de lo sucedido.

Trapote, que nominó a Mireia, fue la elegida por sus compañeros para facilitarle su deseada salida de la isla. Por su parte, el líder Perdi decidió que la acompañase Víctor. Flaco favor le hizo el líder al enfermero porque aunque Trapote quiera irse igual precisa de un pequeño empujón para decidirse a llegar hasta el final. Quién sabe si necesita de un mensaje desde el exterior, el que le pueden lanzar quienes se aúnan en su favor con el grito "¡A tope con la Trapote!". En este caso pueden coincidir defensores y detractores en el voto al otro nominado. Unos para que tenga ese empuje necesario, otros porque dado que se quiere ir su peor castigo es no complacerla.

Casi termino por hoy con dos frases escuchadas en la gala de anoche. Una es de India, una de las dos hijas de Óscar, de la cual pudo este escuchar un mensaje grabado. "Te queremos hasta la luna y vuelta", le dijo la pequeña. Me encanta y me hago desde ya fan fatal de la expresión. La otra vino de una de las supervivientes invisibles, lo cual hace que cobre una especial importancia. Se trata de Debbi, que decía a cámara con gran sensatez: "Me cuesta creer que cuando llegamos a la isla nos dijeran que llevaban una semana comiendo solo un coco. ¡Es que te juro que no me lo puedo creer!". Buena aparición.

Y esta vez cierro con imágenes no precisamente bellas, al contrario que en días precedentes. Es el proceso por el cual Parada se despoja de su pantalón y nos deja ver su verde secreto. Todo ello en seis instantáneas para no olvidar.