Más allá de la medicina tradicional

telecinco.es 20/02/2015 10:48

¿Existe la autocuración? Hay quien dice que el dolor o el malestar son sólo señales que nos anuncian la existencia de un desequilibrio en una parte del organismo, que hay que escuchar a nuestro propio cuerpo, porque el cuerpo es muy sabio y nos avisa de que algo no va bien.

Es cierto que la mayoría de las veces que nos duele algo, vamos al médico, le contamos los síntomas, nos tomamos la medicación y esperamos a que se nos pase, sin darle más vueltas a nuestra dolencia. Pero si ignoramos las señales de alarma que nos manda el cuerpo, podemos estar eludiendo un problema de fondo, la verdadera causa que originó el dolor y el malestar.

La primera vez que escuché hablar de la Metamedicina fue dándome un masaje con mi fisio. Acudí porque me dolía mucho la espalda, el fisio me dijo túmbate en la camilla y yo, claro, me tumbé boca abajo. En seguida me dijo- “No, tienes que ponerte boca arriba para ver en primer lugar como tienes las vísceras”. Solo os puedo decir que descubrí en una larga conversación con él, que todo en el cuerpo está conectado y que mi dolor de espalda estaba conectado directamente con una contractura visceral, causada por una situación de estrés que había vivido unos días antes y que yo jamás habría relacionado con mi dolor lumbar.

Salí tan sorprendida y tan recuperada que decidí pensar más en ello, en que realmente podemos llegar a aliviar el sufrimiento físico y además, intentar comprender el origen de sus síntomas.

Así es como encontré a Claudia Rainville, una bióloga y psicoterapeuta de renombre internacional, que fundó la metamedicina, un nuevo y revolucionario método terapéutico que va más allá de la desaparición del síntoma o el dolor, centrándose en cambio en las causas del malestar o la enfermedad. Para Claudia, cada síntoma es un mensaje, el dolor, trastorno o enfermedad son los signos de la ruptura del cuerpo y el alma. La búsqueda de las causas del sufrimiento y la modificación del pensamiento que lo ha creado, puede acelerar el proceso de curación.

Como explica Claudia Rainville en su libro 'La Metamedicina: La curación a tu alcance', lo que llamamos enfermedad es la fase terminal de un desorden mucho más profundo. Para ella, lo importante es curar el alma y que la persona pueda comprender las lecciones que debe asimilar para su evolución. “A través del conocimiento de la simbología del cuerpo y el funcionamiento de nuestras tres partes cerebrales (límbico, hipotálamo y la corteza cerebral), podemos llegar a ser los creadores de nuestra salud y disfrutar de la vida”.

Yo solo soy una iniciada en esto de la Metamedicina, pero si me he dado cuenta que tiene mucho que ver con esa parte de la que no somos conscientes y que está muy ligada a los sentimientos y las emociones. Que una vivencia dolorosa, alojada en la memoria emocional, puede desencadenar en una dolencia y originar unos síntomas que nos llegan a afectar físicamente.

Por ejemplo, el corazón representa el amor, la sangre y la alegría. Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Si le privamos de estos dos sentimientos puede llegar la anemia, una angina de pecho o un ataque cardiaco.

El pelo representa la fuerza. Al estar tensos y asustados, podemos generar tanta tensión en el cuero cabelludo que no lo dejemos respirar, provocando la muerte de los folículos y la caída del cabello. Si la tensión se mantiene, el folículo seguirá estando tan tenso que el pelo nuevo no podrá salir. El resultado: la calvicie.

Las articulaciones permiten la producción de movimientos con gracia y soltura. Cuando están agarrotadas, nuestro cuerpo se torna rígido e inflexible, perdiendo así capacidad de expresión. Su inflamación denota resistencia o irritación con respecto al movimiento. Puede tratarse de un temor a lo que nos espera por delante o la dificultad de someternos a ello.

Es importante aprender a hacernos las preguntas adecuadas para encontrar nuestras propias respuestas y soluciones y así, tener en nuestras manos nuestra salud y nuestra felicidad. Esto no significa que haya que dejar de ir al médico cuando nos duele algo, porque hay que ir al médico, pero sí nos va a ayudar a enfrentarnos al diagnóstico con más confianza.

Al final va a ser cierto que todo pasa por una razón y que nada es fruto de la casualidad. Y que en nosotros está el poder transformar todo aquello que nos hace sufrir en situaciones favorables.

¡Así que a olvidar rencores y a reencontrarnos con la felicidad! Estaremos más sanos.