David no soporta que Pepe pueda resultar divertido

telecinco.es 24/01/2012 09:06

"Yo también me puedo quedar despierto hasta las seis de la mañana, ser el más divertido, el que más horas sale en la televisión y después no hacer nada", le decía ayer David a Juan, Michael y Hugo. El comentario conecta bastante con algo dicho durante el fin de semana, en ese caso hablando de Hugo. Comentaba Ochoa que Hugo (Igor, para Pepe) le caía regular: "Lo veo muy raro conmigo. No lo calo. Encima como Ari se lleva muy bien con él..." Es de suponer que le suponía un problema esa circunstancia. Uno de los suyos estaba llevándose bien con un inadaptado, el objeto de deseo aranés. David coincidía con Ochoa: "Totalmente de acuerdo. Él solo no puede seguir hasta el final. Más que manipulando está montándose su papel de pasota. Y mola porque es gracioso. ¿Y yo a quién hago gracia?". Esa es una de las preocupaciones máximas para David en esta hora. Me temo que se trata de un concursante atenazado por dos temores.

El primer temor del aspirante a bombero es que con el enorme esfuerzo que está haciendo por ser un buen concursante (que lo es) pueda resultar que otro, sin esfuerzo aparente, resulte más divertido o haga más gracia que él. Da igual que se llame Hugo o Pepe. Supongo que una vez aceptado el papel protagonista de Juan, unánimemente aceptado por todos, su preocupación empieza a partir del 'páter'. La idea de que cualquier otro pueda resultar divertido se hace insoportable para él.

Además, con Juan tiene la ventaja de que está de su lado, en esa selecta y reducida camarilla definitivamente asentada en torno a los concursantes de mayor edad, con la excepción de Pepe, que ayer estuvo durante buena parte del día en el ojo del huracán. ¿Qué es eso de caer bien sin esfuerzo? debe pensar David. El suyo es denodado y, por eso, admirable. Nunca descansa, brega permanentemente por mantener la atención máxima de audiencia y compañeros. ¿Cómo va a llegar luego Pepe a hacer gracia? ¿Así, sin más? Curioso que los dos concursantes sobre los que siguen recayendo todas las sospechas sean Pepe y Sindi. Temen que estén cayendo bien a la audiencia, que puedan estar resultando graciosos. ¡Y sin esfuerzo, oiga!

El otro temor de David es estar quedando en ridículo. Este es probable que sea peor aún, y mucho más justificado. Mientras su primer temor se asienta en algo que no depende de él, este segundo puede tratarse de un error propio por haber entrado en esa espiral de las sospechas, tan divertida en muchos momentos. Una de las cosas buenas que tiene este concursante es que lo cuenta todo, producto de su incontinencia verbal. No ha dudado, por tanto, en expresar su temor a estar quedando en ridículo por conjeturar sobre si Sindi concursa con sus trillizas o Pepe es su marido.

No me atrevería a decir si el primero de los temores de David es compartido por sus compañeros, aunque viendo evolucionar a Ochoa diría que al menos ella sí. Con el agravante, en su caso, de que se considera divina y nunca llegará a entender que otros puedan destacar más. Tengo claro, no obstante, que el temor al ridículo está bastante generalizado. Posiblemente es, de nuevo, Ochoa quien más coincide en esto con el 'laca victim' David.

Hora del almuerzo, especialmente tarde en el día de ayer. Todos en torno a la mesa de comedor, como marcan las normas de la casa en esta edición. Zulema dice que no tiene apenas contacto ni con Pepe ni con Mary Joy, mientras David se suma a este argumento. La filipina de Valencia recoge el guante con buen ánimo pero Pepe no. Tal vez le hubiera gustado que su compañera se dirigiera personalmente a él para resolver un posible conflicto en privado, en lugar de plantearlo de ese modo, delante del resto.

En cualquier caso, Pepe guarda silencio como si el asunto no fuera con él. Esto enerva a David, que tras levantarse la mesa llega a afirmar que no va a hacer ningún nuevo intento con ese compañero. "Lo ignoraré a partir de ahora", afirma. Ari intenta hacerle ver que no es eso lo mejor para él mismo, pero parece tenerlo meridianamente claro.

David ha repetido en más de una ocasión que no tiene por qué llevarse bien con todos, y no duda en aclarar que eso es un concurso y todos van a lo que van. Se propone, por tanto, tener un trato cordial para no erosionar la convivencia, pero nada más que eso. Y remata su argumento con esta frase: "No tiene por qué haber entre todos un dialecto". Cuando dice un dialecto quiere decir, evidentemente, un diálogo.

Durante ese episodio en torno a la mesa, Sindi aprovecha para resolver una preocupación personal, relacionada con el juego de las sospechas sobre ella. Con astucia, esta concursante ha decidido tomarse a broma esos comentarios, decidiendo jugar un poco con sus compañeros. En realidad, le ha dado completamente la vuelta a la tortilla, evidenciando que es mucho más lista que ellos. Lo que empezó siendo un juego en el que, de alguna manera, intentaban ridiculizar a Sindi (la paleta peón agrícola de las 'mondarinas', pensarán ellos), ha terminado en un juego en el que es ella quien está dejando en ridículo a los otros.

He ahí la preocupación de ellos, conscientes de que el tema se les ha vuelto un poco en contra. Supongo que es, una vez más, algo intolerable, viniendo de quien viene. Sindi ha jugado esa carta de manera magistral, ganando a todos por la mano. Y, lo que es más gracioso, generando aún más dudas en ellos. Tanto es así, que no pueden parar de hacer conjeturas, por más que quisieran hacerlo.

El caso es que Sindi alberga el temor de poder hacer daño con su parte del juego a alguno de sus compañeros. No era la primera vez que lo decía, ya lo había adelantado el domingo por la tarde en conversación con Juan, Ochoa y Azucena. Por eso aprovecha el momento para decirlo a todos en la comida: "Si alguien cree que le puedo estar haciendo daño con este tema de los secretos sobre mí que me lo diga", avisa Sindi en una muestra evidente de buena voluntad.

Nadie responde, pero hay quien aprovecha para cargar contra Sindi, especialmente Ochoa. Y lo hacen con esa especie de superioridad que resume el motivo por el que eligieron a Sindi y Pepe como objeto de sus sospechas. No solamente son las piezas aparentemente más débiles, los raros, los catetillos. También son los que pueden estar haciendo gracia, y entonces tenemos que remitirnos al primero de los temores de los que estoy hablando en este escrito.

Ari aprovecha el buen gesto de Sindi para reprocharle que tiene una risa fingida, lo cual le llega a poner nerviosa, pero ella responde que siempre se ríe de esa forma. Ochoa se llega a burlar de ella sin pudor ninguno, con esa superioridad de la que hablo. Diría que se está comportando con algunos compañeros como si fuera su jefa de personal. Sus caras de desprecio hacia a Sindi son un poema, y lo peor es que no encuentro posible justificación a tal desprecio.

David le recomienda que no potencie la historia de su misterio puesto que no lo considera necesario. Manda narices que diga eso el gran conjeturador, quien más ha estado insistiendo (y con mayor convencimiento) sobre los posibles secretos de Sindi. ¿Potenciar la historia? O sea que ahora quieren que ella se quede callada, después de que llevan días poniéndola en el disparadero y sembrando las dudas entre el resto de compañeros.

Ochoa llega a afirmar que cuando no son ellos quienes sacan el tema es la propia Sindi quien lo hace, poniendo el ejemplo de su comentario en la mesa. En lugar de apreciar su gesto se lo censuran. Me parece realmente inaudito. Es más, hay una contradicción escandalosa en todo esto. Cuando han visto que Sindi se tomaba este asunto bien desde el principio han comentado que ellos se habrían mosqueado, lo cual también era motivo de sospecha. Pero resulta que Pepe se mosquea hace unos días por las conjeturas sobre si podría ser drag queen, y entonces censuran su actitud.

Todos somos contradictorios, soy consciente de ello. Pero, ¿no parece un exceso todo? Sindi hace mal tomándose a chufla las sospechas en torno a ella, pero Pepe también por molestarse. ¿En qué quedamos? Parece como si cualquier cosa que hicieran estos dos concursantes fuera a ser criticado por esa parte de concursantes que se comportan como si fueran un grupo de poder dentro de la casa.

A partir de ese momento, y durante buena parte de la tarde, se armó el belén en torno a Pepe. Iré a ello en un momento, pero antes quisiera analizar la actitud de Juan en la comida. La reacción del 'páter' fue advertir que no era el momento de hacer terapia de grupo. ¿Qué pretende Juan? Su justificación posterior es que solo se puede hacer terapia si las dos partes lo desean y no de forma impuesta. Esto anularía en muchas oportunidades la posibilidad de arbitrio. Con su filosofía, solo se podría mediar cuando fuera reclamado por todos. Casi cuando ya no es necesario.

Mi gran duda sobre Juan es si tomará el rol de mediador llegado el momento. Me motiva muchísimo llegar a comprobarlo, tal vez porque sospecho que no lo hará. Es lo que cabe esperar por su condición de religioso, pero no las tengo todas conmigo. De momento no lo está haciendo, lo cual permite que se vaya salvando con gran habilidad. Casi nada le salpica de momento, tiene aliados y/o admiradores entre 'padres' e 'hijos' (afines e inadaptados de los que hablamos ayer). Está siendo el más listo de todos.

Lo de Pepe tuvo tintes surrealistas en la tarde de ayer. Pensaron que había sido él quien dejó la ropa sin recoger de la secadora (están teniendo problemas con la colada y, en general, los enchufes de la casa). Piensan reprochárselo y David mantiene la postura de que "no puede decirlo uno solo, tiene que ser toda la casa quien lo haga". Es posible que el criterio sea bueno, pero de alguna forma está induciendo a que todos se enfrenten a un compañero. Al final queda en agua de borrajas y nadie se lo dice.

Entonces Pepe aprovecha que habla con Hugo, que le pone en sobre aviso. Creo en la buena intención de este, solo sea porque le veo a cada momento moviéndose en la dirección que le lleva el viento. Entonces Pepe se va a hablar con David. En parte está traicionando a Hugo porque no le ha pedido autorización para contar lo que le acaba de revelar. Pepe y David (con Hugo en parte de la conversación) resuelven aparentemente sus diferencias aclarando el asunto de la colada.

Pero es entonces Zulema 'a mí me odia mucha gente' quien vuelve a la carga contra Pepe. Le engancha en el pasillo para reprocharle que se pasa durmiendo todo el día y él lo niega. Ni calvo ni con tres pelucas, Pepe es muy trasnochador y durante el día echa alguna cabezadita. Con buen criterio Pepe responde a Zulema que ella no dormirá durante el día pero cuando a la noche todos están departiendo en grupo se va a la cama sin más. Tiene razón. Ahora bien, ¿qué narices le importa a uno lo que haga el otro?

Al menos Pepe se está defendiendo de un ataque. Detesto a ese tipo de concursantes castradores que pretenden marcar los horarios de los demás. Si Pepe cumple su tarea (la colada) y rinde en las pruebas, ¿qué más dará si trasnocha? Al final del día, el flamenquito se impone en la casa y enseña a sus compañeros algunos pasos de baile y a dar las palmas. Parece que la tormenta anti-Pepe amaina al fin.

A pesar de todo lo dicho, las sospechas se multiplican en la casa, y empiezan a afectar también a Michael. A saber: Mary Joy piensa que Michael es hermano o familiar de Sindi. También es posible que sepa su secreto y esta le haya pedido que no la descubra. Otra conjetura es que Pepe sea marido de Sindi. O novio, o lo que sea. E incluso puede que Pepe no se llame Pepe y Sindi no se llame Sindi. Una locura.

Y termino con dos perlitas. Ni Michael ni David habían escuchado antes de ayer la palabra "frugal". La pronunció Juan, obligado a explicar que se refería a una cena ligera. Ah, y llegó el momento "almóndiga", como era de esperar. Sindi: "Tengo ganas de comer almóndigas de pescao". ¡Hecho! Solo quedan las "cocretas".