La elección de Pepe no fue suya

telecinco.es 15/05/2012 09:58

Sin que la audiencia conociese su porcentaje de votos, Pepe se convirtió en el tercer finalista de este Gran Hermano. Ese dato no era lo único que hacía su elección diferente. Por ejemplo, su entrevista de finalista era un trago mucho más duro que la de los anteriores, teniendo que observar cómo iban desfilando supuestos enemigos para sentarse a su lado en la pecera. Además, nunca le explicaron al tomar su decisión de elegir un "más uno" que le acompañaría en otra casa distinta, viviendo con los otros dos finalistas.

Son pequeños o grandes detalles que hicieron diferente su elección como finalista. Lo de no conocer su porcentaje de votos puede interpretarse como el deseo del programa de que la audiencia desconozca el apoyo de este concursante. Pongo como ejemplo el supuesto de que anoche tuviese el 65 o 70 por ciento de los votos enfrentándose a otros tres concursantes, entre los que se encuentra su gran cómplice Sindi. Está claro que enfrentados ella y Pepe ganaría este último. Hay que tener en cuenta que esto no ha terminado. Es más, aún falta lo más importante, la almendra de la cuestión, la gran final.

Enfrentarle a Sergio, Cristian y Juan no podía más que beneficiarle. El primero porque no tiene nada que objetar, el segundo porque se descalifica a sí mismo continuamente y el tercero porque ya vimos que ni siquiera tuvo la gallardía de subir. El argumento de Juan fue que no quería perder los papeles, reconvertido luego en que no tenía nada que hablar con "esa persona". Un mínimo de educación hubiera bastado para que se refiriese al finalista por su nombre. Por si tiene alguna duda: se llama Pepe Flores.

Con enemigos así no cabe otra cosa que brillar. Grande Pepe cuando preguntó si iban a pasar uno por uno todos los ofendidos. Por otra parte, fea e incoherente resultaba la actitud de Juan cuando decidía hacer su particular homenaje a los concursantes más reventados de la historia de este programa al decir aquello de: "ponme a otro" (la primera que lo dijo fue Mirentxu en su despedida, cuando la cámara enfocaba a Iván Madrazo). Tampoco entiendo su enfado cuando "esa persona" respondía a su amenaza de perder los papeles advirtiéndole que no fuera a perder la Biblia. ¿Qué se puede esperar de quien llamaba fantasmas a quienes le estaban abucheando entre el público? No sé si 'reventolandia' tiene un líder pero ya sabemos que tiene un gran acojonado incapaz de dar la cara.

Sobre la elección del "más uno" por parte de Pepe no fue realmente decisión suya. Solo viviendo la gala desde el plató, como hizo ayer este gato (aunque fuera en ese lugar impropio de la última fila que me reservaron, parece que no merezco algo mejor aunque lleve diez años comentando el programa y trabaje para esta casa), y además siendo muy observador, se pudo apreciar la auténtica razón por la que Pepe elegía a Noemí para unir a ella su destino y hacerla merecedora de veinte mil euros si llega a proclamarse ganador. La clave es muy sencilla y lo explica todo perfectamente. No le cabía otra opción, en ese momento su padre le enseñaba una cartulina rectangular en la que figuraba el nombre y la fotografía (por si cabía alguna duda) de esa exconcursante.

¿A quién se puede hacer caso si no es a un padre? No solo fue cosa de sus amigos. La decisión de Pepe no fue realmente suya sino de su padre. Es impensable que en esa situación ningún concursante desobedezca lo que se puede interpretar más como una orden que como una recomendación. Incluso a un amigo podría no haberle hecho caso, por muy representante suyo que sea. Pero si es un padre quien lo dice no cabe más que obedecer. Otra cosa es analizar si le estaba haciendo un favor o no, y a ello iré a continuación. Pero no podemos perder de vista este contexto: el padre de Pepe condicionó su decisión sacando antes y después de la publicidad (por si cabía duda) un cartelito que enseñó fugazmente a su hijo. Desde el gallinero del plató vi perfectamente que Pepe miraba hacia ese lugar de la grada ocupada por sus familiares. Aquí está la gran clave de su decisión, que su padre convirtió en no decisión.

Lo que haría poco inteligente esa decisión sería que buena parte de quienes apoyaron desde el principio a Pepe no han simpatizado con Noemí. Eso es indudable, pero también he de decir que el "más uno" no será ganador de este programa. Como llevo diciendo desde hace días no figurará en el palmarés de concursantes ganadores. Su premio es puramente económico, además de brindarles la oportunidad de vivir en Guadalix hasta el último día, lo cual es un gran privilegio. Los "más uno" son una estrategia para darle más emoción al concurso en un momento complicado en el que quedan pocos recursos. Tan solo son figurantes de una gran obra.

En este caso, la elección de Noemí tiene algo de justo de cara a la audiencia, como me decía anoche mi amigo Viruete. De esta forma, el careo final entre ella y Alessandro tendrá lugar en el concurso y no fuera. Sería injusto que esto lo terminásemos viendo en un 'Sálvame Deluxe'. Ese programa lo merece, claro que sí, pero mucho más la audiencia de Gran Hermano. Que esto se produzca en Guadalix es lo debido. Aunque esto poco importa a quien ha estado defendiendo a un Pepe que para muchos anoche parecía estar eligiendo un "menos uno" en lugar de un "más uno". Utilizando una expresión de otro Pepe (Herrero) a este otro Pepe (Flores) en lugar de palitos en las ruedas le han puesto un "más uno". Podrá con ello.

En todo caso, aún interpretando que es un error la decisión, sea de quien sea, lo que está claro es que nada tiene que ver con la que cada espectador hubiera realizado. Se habrá equivocado Pepe en la elección pero no quien le quiso apoyar desde el principio. Sería injusto que la elección del "mas uno" terminase condicionando el apoyo a un concursante, incluso en el caso de que hubiera sido decisión suya. Por otro lado, no escuché anoche gritar el nombre de Noemí en el momento de la decisión tanto como se escuchó el de Ari la semana pasada. La diferencia es que todos habríamos apostado a que sería esa la elección de Dani, mientras sabemos positivamente que la de Pepe hubiera sido otra bien distinta.

Quiero decir que Michael poniendo su mano en el hombro de Ari, los amigos o familiares de Dani y medio plató señalando a Ariadna condiciona tanto una decisión como David Shabani señalando a Noemí como si emulase a Colón descubriendo América, o el padre de Pepe mostrando una tablilla con el nombre de esa concursante. Tanto vale una cosa como la otra, a pesar de que muchos anoche quisieran vendernos estos gestos como algo distinto e inédito. Pues no compro.

Luego está el tema de las posibilidades que cada uno tenga para ganar este concurso. Descartado Dani, a pesar de lo que diga alguna encuesta que falla casi cada semana (la de este blog volvió a dar en la diana esta vez, pronosticando que Pepe sería finalista en contra de todas las demás encuestas que pude consultar ayer), quedan los grandes amigos Alessandro y Pepe. Al menos estos son los que hasta el momento tienen posibilidades de ganar, a falta de la elección de un finalista más entre los tres habitantes de la casa. Alessandro se convirtió en un rival casi imbatible en el momento que eligió a Marta como "más uno".

Como el intercambio de parejas no está bien visto en este programa será imposible votar por Pepe y Marta, así que las dos opciones que parecen viables a día de hoy son Alessandro y Marta o Pepe y Noemí. Si Pepe hubiera ido con cualquier otro concursante sus posibilidades habrían quedado muy mermadas. Guste o no, se trata de una decisión estratégica que tiene como objetivo bloquear a Alessandro. Quienes simpaticen poco con Noemí tan solo deben pensar que ella jamás será ganadora de este programa, tan solo tendrá el premio de consolación conocido. Bastante merecido, por otra parte, dado que fue una de las grandes protagonistas de esta historia. Con sus mentiras y sus engaños, pero es indudable que lo fue.

También podemos hacer la lectura de que el final de este mítico Gran Hermano tenía que asistir a la comunión del yin y el yang. Si gana Pepe, lo cual solo se conseguirá votando y aún no ha llegado ese momento, habrán ido de la mano la verdad y la mentira, la luz y la oscuridad, lo mejor y lo peor. En definitiva, sería un final grande y poético. Una enorme muestra de generosidad y un homenaje en toda regla a las segundas oportunidades.

Volviendo al aspecto puramente estratégico, el gran problema es que no se trata de la estrategia de Pepe, que anoche no sabía por qué diablos le habían hecho tomar tal decisión. A muchos nos hubiera gustado verle abrir su corazón eligiendo a Mary Joy. Habría demostrado así a mi querida Mercedes que no le cuesta nada abrir su corazón. Yo se lo he visto hacer con gran frecuencia durante estos cuatro meses. Otra cosa es que los vídeos que nos mostró el programa lo hayan registrado o no. Tampoco anoche le pusieron a Pepe aquellas imágenes de Juan llamándole "gilipollas". No existieron para el programa, posiblemente porque nunca fueron catalogadas. Ahora pienso si no temía el cura gazmoño que al final se hubiera encontrado ese documento, que ya salió a la luz en el blog vecino de Kiko Hernández.

En el momento de su proclamación como finalista lo de menos era si veía a otro compañero insultándole, aunque el programa pretendiera un desigual enfrentamiento en el que sí se mostraba lo de "cura cachón" pero no el "gilipollas" mientras pasaba la mano por sus genitales. Lo que más eché en falta fue algo de la relación que tuvo Pepe en la casa con Marta, o incluso con Mary Joy. Curiosa selección de vídeos, tan distinta de la que tuvo el anterior finalista. Mientras a Dani le mostraron todo lo bueno, especialmente sus momentos más graciosos, a Pepe le sacaban solo las broncas. ¿O acaso no podrían haber enfrentado a Dani perfectamente con Cristian? Palabras mucho más duras tuvo este finalista para el exconcursante. ¿Por qué este desigual trato?

Cuando el pasado viernes hablaba de la inversión de valores del programa también me refería a esto. No basta con que se haya demostrado que el programa puede funcionar mejor que en otras ediciones sin hacer un casting lleno de perfiles conflictivos. De nada vale que muchos nos hayamos dejado embriagar por historias bonitas y verdaderas (con uve de vida), como la que hubo entre Pepe y Marta. Al final, llegado el momento crítico de la gala que proclamaba finalista a uno de los dos, eso no se muestra. Es como si a la audiencia solo le importasen las broncas y los malos gestos, que también los hubo. Por fortuna, las circunstancias han querido que se vuelvan a juntar estos dos concursantes. La audiencia, tan mal considerada a veces, tuvo anoche la satisfacción de volver a verles juntos, con Marta recostada encima de Pepe. Los dos a lo suyo junto a Alessandro, mientras Dani, Ari y Noemí hacían caritas delante de la webcam.

Con todo, la entrevista de Pepe fue fantástica, a pesar de que no consiguió desprenderse de esa cara de eterno sorprendido tantas veces vista en este concursante. Sin aspavientos y con humildad respondió a todo. No se ha enamorado de nadie en la casa, por Pipi tiene mucho cariño y llegó a darse cuenta de que se podía estar vendiendo lo que no era relativo a su relación con la 'mondarinas'. Reconoció no haber sido correcto en muchas ocasiones y nada de lo que veía en los vídeos le sorprendió demasiado. Es consciente de lo que ha sido su paso por el programa, sabe lo que ha hecho y es capaz de analizarlo con la misma precisión que cuando hizo lo propio con los demás. Anoche estaba contento con su entrevista, y especialmente con el exquisito trato de Mercedes, siempre grande.

Moleskine del gato

Presenciando ayer la gala en directo desde el gallinero me di cuenta de varias cosas. Primero que Pepe estaba contento porque aunque no lo podíamos ver en ese momento se había arrancado con un zapateado en la pecera. Aquello vibraba tanto que muchos temimos por la integridad de esa estructura. De hecho, alguien subió para pedirle que lo dejase, como contaba esta madrugada en el loft. Lo segundo es que aprecié más que nunca lo complicado que es hacer el trabajo de Mercedes Milá.

Antes de empezar el programa se encontraba Mercedes con que algunos concursantes llevaban un lazo amarillo colgado de sus solapas. Cuando preguntó qué significaba le respondía Cristian que era "por el maltrato psicológico" y, por si no había quedado suficientemente claro, Noemí aclaraba que estaba relacionado con ella. Patético me parece que se utilice algo que debería estar reservado a causas realmente importantes en un concurso de televisión relacionado con una concursante. Absurdo que esta promueva un movimiento en su defensa frente a un programa que la explota y maltrata pero luego no tenga inconveniente en volverse a encerrar.

La baja médica le ha servido a Noemí para coger un moreno envidiable, aunque bien hubiera hecho en desbaratar esta pantomima de los lazos amarillos. Además, los lazos ya están repartidos y el amarillo está reservado para la prevención del suicidio. ¿O acaso querían sugerir con ese lazo algo que desconocemos?

El siguiente escollo para la presentadora era ese Cristian capaz de sacar de quicio a cualquiera. Justo después de su intervención vi a una Mercedes enojada, protestando por tener que soportar que un exconcursante fracasado (y reventado) le pusiera de mal humor nada más empezar una gala. Ni siquiera pudo atender al vídeo que estaban pasando en ese momento.

Un rato antes, ese mismo exconcursante tenía el bonito gesto de acercarse a este gato para estrechar mi mano, lo cual hice amablemente. Creo que al mismo tiempo me decía cosas no tan bonitas, pero me interrumpió en medio de una agradable conversación (muestra de su particular concepto de la educación) y no le pude atender como merece. Bastante le agradezco que por lo menos no me escupiera, aunque le vi con ganas.

Esta madrugada todo era auténtica ebullición en el loft. Con Pepe demostrando su franqueza al pedirle el recuento de ofensas a Ari, una Noe batalladora y Aless sin comunicarse apenas con ella. Me encantó ver cómo este abrazaba repetidamente a Pepe. Bellísimas imágenes muestra de una amistad verdadera (con uve de veraz). Mientras tanto, en la casa fetén todos dormían. Se creen finalistas, pero anoche parecía que vivieran un drama. La supuesta expulsión de Pepito les hundió completamente.

Por cierto, Sindi pasó la prueba de fuego. Ni una lágrima tras lo que para ella era la expulsión de Pepe. Posiblemente solo lloraría si llegase a ganar el programa, pero me temo (es un decir) que eso no lo llegaremos a ver.

Y otro por cierto. Dijo Mercedes que no solo se juntarían con los habitantes del loft el cuarto finalista y su "más uno" sino alguien más. Apuesto a que vuelven todos a la casa madre. De esa forma, los dos que no se convertirán en finalistas tendrán al menos la recompensa de vivir hasta el último día en la casa. Tal vez sea esa la forma en que el programa les compense tras vivir la "inocentada" de esa falsa final que nos espera este jueves.

Dejo caricatura de María, como siempre por el genial Javier B.V. Según su recuento y el mío solo queda la de Dani. La podremos ver en breve, igual que un collage con todas las caricaturas juntas, dando un especial relieve a la del ganador, por lo cual no lo tendremos completado hasta el final de la edición.