Monólogos del mismísimo yo

telecinco.es 31/01/2012 09:24

Comenzó el verdadero Gran Hermano. El de los nominados expectantes durante unos días ante el destino que habrán de correr, el de la emoción asociada a las nominaciones en directo. Tres mujeres fueron puestas anoche en el carel de ese barco, preparadas para que una de ellas sea empujada a un mar proceloso lleno de tiburones. Ariadna, Azucena y Noemí fueron nominadas por el grupo, con cuatro, cinco y seis menciones respectivamente. Todo indica que se marchará Azucena, y por si había alguna duda su ególatra monólogo de anoche terminó de sentenciar a esta concursante cansina, insoportable y fatigosa. Pero no adelantemos acontecimientos, que hasta el jueves todavía quedan casi tres días.

Un poco más adelante volveré con las nominaciones y sus consecuencias anoche. En el programa de la última hora, Mercedes Milá entrevistó a Aristidín, ganador de la puja para entrar en la casa de Gran Hermano, de quien anoche solo vimos sus manos (con unas uñas perfectamente cuidadas). El que alguien con el suficiente poder económico como para hacer frente a un pago de casi setenta mil euros se convirtiera en concursante conllevaba el riesgo de ser expulsado a las primeras de cambio. La tentación de castigar al ricachón era demasiado atractiva como para dejarla pasar.

La audiencia votante tiene esa afición a convertirse en Dios de esta historia. Un Dios castigador que premia a los buenos y condena a los malos. Por tanto, hasta anoche pensaba que el ganador de la puja debía plantear una estrategia para salvarse de esa mano justiciera, que presuntamente contaría con la ayuda de unos concursantes a quienes dudo mucho que les pueda hacer gracia competir en buena lid con alguien así. Todos ellos han luchado mucho para estar ahí, algunos se han presentado varios años a los castings, y de repente se van a encontrar compitiendo con alguien que ha tomado el atajo del dinero para conseguir lo mismo que ellos.

Las dos estrategias posibles que me planteaba para el ganador de la puja eran las siguientes:

Es decir, o el adinerado despreocupado por el dinero o el amante de Gran Hermano. En ningún momento me planteé que la historia personal de Aristidín tuviera la carga emocional que conocimos anoche. La suya es una tercera vía, la de quien quiere cumplir su sueño y al mismo tiempo devolver el favor a la sociedad con su aportación a Cruz Roja Española, todo ello respaldado por el drama de una familia víctima del cáncer, con su padre y un hermano muertos por esta enfermedad, además de otro familiar enfermo.

Resumiendo la historia personal de Aristidín, nació en Barakaldo aunque vive en Derio, lleva cinco años con su novia Sheila, con quien tenía ahorrados 25 mil euros que ha gastado en la puja. El resto del dinero procede de las ayudas familiares por parte su madre y futura suegra, así como su profesor de taekwondo.

La historia es perfecta. Una mezcla de las dos opciones imaginadas por este gato no tan previsor. A las que se añade un drama familiar realmente conmovedor. Insuperable argumento. Por tanto, no creo que exista el rechazo que cabía prever. ¿Qué clase de audiencia castigaría a alguien con ese drama? Si ni siquiera es un millonario.

Intentando poner un poco las cosas en su sitio, y sin restar emotividad a la incorporación de Aristidín el próximo jueves, diré que no es millonario pero pertenece a una familia acomodada, cuando menos. Para redondear su historia me hubiera gustado saber en cuántas ediciones se ha presentado a los castings, dado que anoche afirmó que este era su sueño.

Hay algo indudable, este concursante entrará en unas condiciones distintas del resto. Ningún otro ha sido entrevistado por Mercedes Milá antes de entrar en la casa, nunca hemos visto tantos testimonios familiares en lo que parecía una especie de adelanto de su vídeo de presentación, y no hubo otro concursante que pusiera en juego un drama personal o familiar con tanta intensidad como este.

Como espectador quedé anoche igual de conmovido que tantos otros, pero como amante de este programa creo que todos los concursantes deben luchar con las mismas armas y, por mucho que me cueste decir esto, creo que Aristidín lleva cartas marcadas y el as que guardaba en su manga ha sido mostrado con excesiva premura. No le culpo, pero me hubiera gustado para él un trato equiparable al que han tenido los demás.

Y voy ya con las nominaciones. Cuando la tarde de ayer les encerraron en el dormitorio naranja (supongo que para hacer alguna de las reparaciones necesarias en la casa) pensaron que iban a tener que nominar. No andaban muy descaminados y fue un rato más tarde cuando les hicieron desfilar por el 'confe' a contrapié, como a mí me gusta.

Esta nueva mecánica tiene la ventaja de que no nos priva de la semana de pasión que viven siempre los nominados, permite que las plataformas se sientan útiles y aporta la emoción inigualable de unas nominaciones en directo. De momento también sirve para pillarles desprevenidos y evitar bastante estrategias nominatorias comunes, aunque anoche cuatro chicas se habían puesto de acuerdo para nominar a Noemí y salvar a Verónica.

Tras el consejo de guerra en contra de Noemí que la noche anterior habían formado Ariadna, Ochoa y Azucena, ayer vimos a esta última hacer proselitismo y sumar a Mary Joy para la causa. No quiero decir que la filipina de Valencia no tuviera pensado nominar a la canaria, pero así se aseguraba al menos un voto más.

Verónica también se subía a ese carro después de escuchar las intenciones de sus compañeras. De esta forma, todas las chicas coincidían en uno de los dos nombres pronunciados anoche cuando Floren, el nuevo 'súper', se lo pidió. Solo un chico se sumó a esta marea 'anti Noemí'. Se trata de ese Michael, para quien su compañera merece la nominación porque es impulsiva y lo quiere abarcar todo. Eso sí, no le ha importado prodigarse estos días en abrazos y caricias con ella.

Para no perdernos y porque sé que siempre lo reclaman algunos de nuestros amigos, veamos el listado completo de nominaciones:

Sindi: Ariadna / David

Ariadna: Noemí / Juan

David: Azucena / Pepe

Azucena: Noemí / Hugo

Pepe: David / Juan

Verónica: Mary Joy / Noemí

Noemí: Azucena / Ariadna

Ochoa: Verónica / Noemí

Alessandro: Azucena / Ariadna

Mary Joy: Noemí / Verónica

Juan: Pepe / Ariadna

Michael: Azucena / Noemí

Hugo: Azucena / Verónica

A destacar: Solo se salvaron de ser mencionados Ochoa, Alessandro, Michael y Sindi; un voto más hubiera bastado para que Verónica entrase en liza, como suele pasar con el último en incorporarse a la convivencia; la pareja formada por Juan y David recibieron dos nominaciones cada uno, igual que Pepe; Hugo y Mary Joy se quedaron con una sola nominación; las dos primeras semanas Noemí y Alessandro han coincidido en sus nominadas; las nominaciones de Ariadna fueron recíprocas, igual que las de Noemí y Pepe.

Alessandro se hizo un poco de lío puesto que anunció unas nominaciones calcadas de las de la semana anterior, pero a Zulema ya no era posible nominarla. El premio a las razones reformateadas y falseadas se lo ha de llevar Ochoa. La noche anterior estaba planeando nominar a Noemí pero anoche tuvo el descaro de justificarse diciendo que no quería volver a nominar como la semana pasada y por eso solo le quedaba esta concursante. Claro, no hay ninguna otra opción. Ya entiendo.

Por lo anterior, Ochoa demuestra que tiene dominada solamente una parte del juego, relativa a la convivencia entre sus compañeros. En la casa pone una cara que siempre le favorece. Tiene habilidad y tablas para estar a bien con todos, manejando bastante el cotarro sin que se note. Pero le falla la cara que está dando aquí fuera. Y no olvidemos que somos nosotros quienes decidimos. Al final, su historia puede ser tan frustrante como la de Saray (GH 11), finalista por accidente, sin haber sido nominada una sola vez y con escasos votos para ganar el programa. Ahora bien, de momento me gusta como mala de esta historia. Desde el primer día supe (supuse) que así sería. En realidad, lo deseé.

El más brillante nominando fue Pepe: "David y Juan, porque no sintonizamos bien, estoy en otra frecuencia para ellos". El símil radiofónico es perfecto y un plus de originalidad que se agradece. La noche anterior estaba comentando que le parecía muy fino eso de hablar de afinidad. Al final encontró otra forma menos común para expresarlo.

Pepe sorprende casi siempre. Tras esa evidente dificultad para expresarse, generadora de cierta angustia al escucharle, emerge a veces el genio o la brillantez y siempre el buen humor, lo cual es una bendición. A veces parece no entender por qué se ríen cuando habla. Su gracia es natural y no pretendida. Cualquier cosa dicha por él hace florecer una sonrisa en nuestros labios. Pepe es como un 'urogallo' tartamudo con extra de risas.

El discurso 'yoísta' de Azucena anoche es de esos capaces de dejar extenuado a cualquiera. La esforzada audiencia del directo notamos cómo se nos abrían las carnes e íbamos llorando lágrimas de sangre después de escuchar a esta concursante durante minutos y más minutos dando vueltas sobre las mismas cosas, en un bucle que terminaba resultando hasta gracioso. Es de esas personas que se preguntan y contestan a sí mismas, como un modo de enfatizar innecesario. Dice, por ejemplo: "¿Que me tengo que ir? Pues me voy, no pasa nada", y así todo el rato.

"Ahora me gustaría marcharme, pero mañana no sé. Igual me levanto y pienso otra cosa. Yo desde el principio pensé que esto me venía grande. Hay muchas cosas que aquí no puedo tener. Pero que no me importa. Pensaba que iba a ser la primera en marcharme. Pues mira, ya voy a estar quince días. ¿Que me tengo que ir? Pues me voy, no pasa nada. Esto me ha servido para algo, porque ahora sé lo mucho que necesito a mi Dani. ¿Que me decían "tú lo quieres"? Claro. ¿Pero para toda la vida? Sí. Pero no pensaba que le necesitaba tanto. Esto nos ha pasado ya dos veces y va a servir para otro empujón en mi vida. Así que... si me tengo que marchar... pues vale. Cuando haga la maleta no voy a meter todo, porque pienso que me voy a ir yo. Estoy segura. Ya le he dicho a Noe que o yo o ella. Cualquier cosa puede pasar, esto es así. Si me tengo que ir pues feliz. Y que me vea mi Dani bien guapa. Desde donde sea. ¿Esto me ha servido para mucho? Pues claro que sí. Lloraré si me quedo y lloraré si me voy. ¿Que me tengo que ir? Pues me iré. No pasa nada..."

¡No puedo más! Me gira la cabeza. En medio de esta retórica torpe el mensaje que deseaba transmitir es que la habían nominado por su discapacidad. Pero no, querida Azucena, no te nominaron por tus manos sino por tu lengua. Lo más gracioso es cuando le cuenta a Noemí que quiere marcharse y esta piensa que igual pretende hacerlo antes del jueves. "No digas eso", le dice con alarma. Están tan seguros como nosotros de que se irá ella, por eso para Noemí sería muy mala noticia un abandono prematuro.

La razón por la que nominaron a Azucena es porque no hay quien la soporte. Que aporte más o menos a las tareas o pruebas es casi una excusa. De acuerdo que si no hace la prueba al nivel de los demás, lo cual es explicable, debería hacerse cargo de Torso. ¿Qué menos? Aún así, estoy seguro de que pasarían por alto este hecho si fuera de otra forma. Su gesto adusto de amargura continua, su queja permanente, sus malos modos, terminan con la paciencia de cualquiera.

Por noches como esta casi es preferible una nominación y expulsión exprés, como la de la pasada semana. Tanto monólogo para nada, porque al final la clave la daba Ochoa: "Noemí absorbe a los chicos". Ya está todo dicho. De acuerdo que es una cuestión de envidia, pero también se trata de algo práctico. No desean una competencia como la de Noemí. Se está llevando a todos los chicos de calle. ¿Pero esto qué es?

Moleskine del gato

No me resisto a poner esta foto de la señalización en una plaza de Barcelona, vista en el perfil de Grancanariasoy en una red social. Todo cuadra cuando se ve que la plaza Orwell está permanentemente vigilada. Es ese otro gran hermano, con el que algunos simpatizamos menos.

¿Cuántas veces más va a contar David su odisea como nominado definitivo de la semana pasada? Por lo más sagrado, contado por él parece una hazaña. Le añade factores dramáticos que serían apreciables de no ser por lo ridículos que resultan. "Las fotos que nos hacían me hicieron quedarme casi ciego, yo creo que lo hicieron por eso, para distraernos y que casi no viéramos nada". Por Dios bendito, tan solo eran unos flashes. "Llegué a pasar miedo cuando entró la furgoneta en la sala de expulsión". ¡Nenaza!

La taza de Alessandro tiene la foto de Noemí y al contrario. ¿No es un detalle tierno? Por algo se empieza.

Pepe llama Trazo a Torso, y los demás se ríen. Ya digo que es un fenómeno curioso. Si yo llamo Claudio a mi casero César nadie esbozaría la más mínima sonrisa. Envidia.

Ariadna aprovechó anoche la adrenalina de quien se sabe nominado para cargar contra el 'páter'. "Juan, coño, que eres un falso. Hay cosas que no gustan mías y la gente se las calla". Mejor evitar provocaciones, no vaya a ser que alguno empiece a desgranar todo lo que no le gusta suyo. De momento, a este gato tiquismiquis le está empezando a sobrar que intente encelar a Hugo haciendo caricias a Michael. Mucho cuidadito porque está a un tris de que su padre diga de ella que es una calientabraguetas (más o menos).