Encontramos a esta familia en un palmeral donde realizamos un juego. La niña es Desi. Los ojos negros que abrazan sin pedirlo. El cariño de quien pasa muchas horas sola sin jugar con otras niñas. Siempre con sus hermanos y su padre. Al menos, eso es lo que intuí cuando compartimos una Coca Cola y todas las sonrisas que llevábamos encima esa mañana.