Brasil siempre ha señalado que hubo una conspiración en la que Argentina envenenó a los jugadores brasileños en el Mundial de Italia en 1990. En un momento del partido, el masajista de la albiceleste salió a atender a un jugador y no dejó que un futbolista de su selección bebiera de una botella. En las imágenes se aprecia que hay dos tipos de botellas, las transparentes, de las que sí bebieron los argentinos, y las verdes, de las que solo bebieron los brasileños.