Francia e Italia estaban empatando en la final del Mundial y Materazzi insultó al jugador francés en los instantes finales de la prórroga. El centrocampista, que estaba en su último partido como profesional, se dio la vuelta y le propinó un cabezazo en el pecho al defensa italiano. Era el final de Zidane, el último encuentro de uno de los grandes del fútbol.