Veinte años de amor

TELECINCO.ES 09/04/2008 13:50

Cuando Isabel Preysler y Miguel Boyer iniciaron su relación, ambos estaban casados. Ella con el Marqués de Griñón, padre de su hija Tamara. Y él con la ginecóloga Elena Arnedo, madre de dos de sus hijos.

Miguel Boyer no era por entonces demasiado celebrado dentro de la crónica rosa. El economista era más conocido por su faceta política. Responsable del gran primer germen socialista de postguerra, la ASU (Asociación Socialista Universitaria), fue encarcelado en Carabanchel durante seis meses en 1962 por asociación ilícita y propaganda ilegal y fue expulsado del partido por su secretario general en el exilio, Rodolfo Llopis, en 1968. Pero regresó para ser ministro de Economía y Hacienda en 1982 y ocupar la presidencia del Banco Exterior en 1995. Tras casi cuarenta años de militancia se acercó, de la mano de Aznar, a las estribaciones políticas del PP.

Isabel Preysler se enamoró perdidamente del Miguel Boyer entonces ministro. Cuando le conoció, le pareció la persona más inteligente con la que se había relacionado nunca. “Es un hombre muy de verdad, sin frivolidad de ningún tipo, sin añadidos superfluos”, relataba entonces. Su decisión de vivir juntos, después de oficializar su relación, supuso una auténtica eclosión de noticias que llenaban semana tras semana todos los medios de comunicación social. El romance de Isabel Preysler y Miguel Boyer se había convertido casi en asunto de Estado.

Pero lo cierto es que hasta que Boyer no abandonó su cargo público como ministro de Economía y Hacienda, ningún medio de prensa se atrevió a publicar la historia por miedo a represalias. Por ejemplo, con el romance aún sin confirmar, se retiró la publicidad institucional a la revista Tiempo tras aparecer en portada el siguiente titular “A Boyer le tocó la china” sobre una foto de la pareja besándose en un acto público. En una ocasión, una de las cuarenta y cuatro portadas que Tiempo dedicó a la pareja llegó a ser motivo de controversia y disputa en una reunión de ministros. Pero cuando Boyer dimitió se abrió la veda y terminaron las especulaciones.

Acallando muchas voces, ambos contraían matrimonio el 2 de enero de 1998 en el Registro Civil de la madrileña calle Padrillo, ceremonia a la que no acudieron sus hijos, polémica que Isabel Preysler zanjaba con un rotundo “por supuesto que sabían que nos casábamos, pero hemos preferido que no vinieran, precisamente para conseguir la discreción que deseábamos.”

Un año más tarde, el 21 de abril de 1989, Isabel y Miguel posaban en la puerta de una clínica de Madrid con su hija Ana, nacida de su unión tres días antes. Los que la conocen dicen que ha heredado la inteligencia de su padre, y como no, la belleza de su madre.

Ahora, recién cumplidos los veinte años de amor, la revista ‘Hola’ ha sumado un nuevo bombazo a sus prestigiosas páginas con unas declaraciones excepcionales del ex ministro junto a su flamante esposa y sus hijas Ana y Tamara. “Siento que la vida sea tan corta, porque hubiese querido que los dioses –vamos, la Naturaleza- me dieran otras cincuenta años para disfrutarlos con ella”, dice uno de los fragmentos de la entrevista.

Isabel también comparte la felicidad y el amor de su marido. “Han sido veinte años muy felices para los dos y, lo que es igualmente importante, también para mis hijas pequeñas, que los han vivido día a día con nosotros”, cuenta en un extracto de esta recomendable entrevista.