Un día después su fallecimiento, la duquesa de Alba era despedida por sus familiares y amigos en la catedral de Sevilla. Su cuerpo ha llegado a hombros de sus nietos, que visiblemente afectados han llevado el féretro de su abuela hasta el altar mayor. En el interior del templo, los hijos de la Duquesa y su marido no podían contener las lágrimas en esta emotiva despedida en la que han recibido el cariño de todo el pueblo sevillano.