Según revela, su personalidad se fragua por una infancia desestructurada, carente de afectividad, donde su tata hace las labores de madre, y que un año en Suiza le hace un hombre desafectivo y tendente a la autodefensa. Para avalar la complicada infancia que vivió y que le marcó en sus relaciones posteriores, Francisco Rivera ha aportado dos informes psicológicos, uno suyo y otro de su hermano. Estos informes psicológicos apoyan la infancia difícil de los dos hermanos y que esa infancia hace que tengan un comportamiento cerrado hacia las relaciones.