"No me gustaba nada a mí misma"

CELIA MOLINA 12/05/2008 13:13

Uno de sus pechos medía una talla 95. El otro estaba completamente sin desarrollar. "Tenía muchísimo complejo. Mi madre me ponía relleno en el sujetador para disimular, pero yo no me gustaba nada a mí misma", ha confesado hoy la propia Laura en 'El Programa de Ana Rosa'. Este complejo fue el motivo por el que sus padres accedieron a que se hiciera una operación de cirugía estética aún no habiendo superado la mayoría de edad. " En el hospital público nos dijeron que la operación era necesaria pero que no se podía hacer hasta que la niña cumpliera los dieciocho años. Yo le pregunté al médico si había mayor riesgo porque se la hiciera con quince y me dijo que no, que el riesgo era el mismo", asegura María Ángeles Ruiz, la madre de Laura. Por eso decidieron acudir a un clínica privada y realizar la operación. Una dura decisión para una madre, pero María Ángeles no lo dudó más. "Le dimos muchas vueltas al asunto pero ¡ella lo estaba pasando tan mal!. Siempre decía que no quería seguir más así. No salía a la calle, no se relacionaba, y yo no quería que perdiera su adolescencia".

Ahora Laura es feliz. "Me siento muy a gusto con mis nuevos pechos. Me gusto mucho cuando me miro al espejo y ya no quiero volver a verme como estaba antes", dice la adolescente, que en ningún momento tuvo miedo a a la operación. "Estaba tan acomplejada que ni siquiera mis amigas lo sabían. No se lo conté hasta después de la operación". En la intevención le retocaron los dos pechos, uno se lo redujeron un poco y el otro fue implantado por completo.

Madre e hija saben que lo adecuado es que los menores no pasen por el quirófano a no ser que sea absolutamente necesario. También son conscientes de la excepcionalidad del caso de Laura, pero, hoy por hoy, en la sociedad española se teje un profundo debate sobre las operaciones de estética a menores de dieciocho años. Jorge Planas, un cirujano consultado en 'El Programa de Ana Rosa', asegura que sólo en dos casos es aceptable la intevención: cuando se tienen orejas de soplillo y en caso de deformación. "En los demás casos, cualquier cirujano se negaría", confirma el doctor. Sea como sea, todos coinciden en la importancia de someter a los menores a un test psicológico antes de cualquier intervención de este tipo.