La neurofibromatosis que padece Huang consiste en un desorden genético con tumores que crecen en el tejido nervioso y producen un desarrollo excesivo de la piel y los huesos. Su hermana menor y su madre también padecen esta enfermedad. A los diez años abandonó la escuela por las múltiples burlas que recibía de sus compañeros. Su aspecto era tan monstruoso que intentaron convertirle en una atracción de circo.
Sin embargo, ha tenido la suerte de que un equipo médico se haya propuesto el reto de devolverle un rostro Así, en junio le extirparon dos kilos y medio de masa tumoral y en una segunda intervención, le quitaron cinco kilos. Durante esta última operación, ha perdido la oreja derecha, por lo que tendrán que insertarle otra artificial. A pesar de las dificultades, con la valiente colaboración de este equipo de médicos, se abre un horizonte nuevo para él. Muy pronto, es posible que Huang pueda llevar una vida normal.