Cinco meses después de la desaparición de Ruth y José, la policía baraja la posibilidad de que José Bretón planeara la desaparición de sus hijos basándose en hechos ocurridos en los días previos a la desaparición. Según ha podido saberse, Bretón compró varios litros de combustible y fue a un psicólogo que le recetó Orfidal y Motivan, cuyos blister aparecieron vacíos días después.