Debido a la escasez de alimentos y la peligrosidad del país cada vez son más los venezolanos que vienen a España. Es el caso de Rosa y José Antonio, quienes con sus dos hijos tuvieron que dormir en la calle antes de ser acogidos en el centro del Padre Ángel. También el de Analisse, madre de dos hijas que fueron secuestradas y maltratadas. "Lo peor es tomarte un plato de comida y pensar en los tuyos, que quizás no lo tienen", asegura.