Rocío Carrasco responde a las acusaciones de su familia sobre por qué no abría el museo: "Ya se veían todos colocados"

  • La condición de Rocío Carrasco para la apertura del museo en honor a Rocío Jurado: "que se abriese en las condiciones que ella se merecía”

En este nuevo episodio de 'En el nombre de Rocío', Rocío Carrasco ha detallado con documentos cada ilegalidad y percance que habría ido demorando la apertura del museo en honor a su madre, la cantante Rocío Jurado.

Rocío Carrasco ha asegurado que siempre ha querido que este museo estuviese abierto, pero que su única condición era "que se abriese en las condiciones que ella se merecía”. 

La heredera universal de la cantante deja claro que “no podía vincular” el nombre de su madre a ilegalidades, “por una prisa, por una presión electoral, por una presión familiar, por unos intereses económicos de la familia”. Además, afirma que “ellos sí tenían intereses económicos”, una versión que choca con sus propios familiares, incluida Gloria Camila, que acusaban a la hija mayor de Rocío Jurado de no abrir el museo por motivos monetarios. 

Rocío Carrasco explica el afán por parte de su familia de abrir el museo: “ya se veía todos pululando por el museo. Amador de director, la otra llevando en el cochecito a la gente por la ruta turística en el tren, todos. Otro en el bar seguramente, otro vendiendo palomitas en la puerta. Se veían todos colocados”, analiza. 

Rocío Carrasco: "Si lo quieren entender, que lo entiendan y si no lo quieren entender, que no lo entiendan"

A diferencia de ellos, la hija de Pedro Carrasco asegura: “Yo eso no lo iba a hacer en las condiciones que tenía el museo y en las condiciones que estaban sus alcaldes. No lo iba a hacer porque no iba a vincular el nombre de Rocío Jurado con absolutamente nada que no estuviera dentro de la legalidad. Si lo quieren entender, que lo entiendan y si no lo quieren entender, que no lo entiendan. Pero eso es lo que hay”

Rocío Carrasco desmiente a Amador Mohedano: “Yo no he discutido de dinero con el Ayuntamiento” 

Amador Mohedano acusó a su sobrina de que no abría el museo porque el Ayuntamiento de Chipiona no aceptaba sus requisitos económicos para llevarlo a cabo. En una entrevista para ‘Sálvame’ el que fue manager de Rocío Jurado aseguraba que Rocío Carrasco pedía 30.000 euros anuales, además de los beneficios del merchandising y el 50% de las entradas que se vendieran. 

‘En el nombre de Rocío’, la protagonista de la docuserie aclara que eso no es así y que desde el primer momento el convenio estableció una cuantía de 24.000 euros anuales, pero no se llegó a firmar.

El Ayuntamiento de Chipiona realizó “la cuenta de la vieja” y estableció esa suma de dinero fijándose en otros museos de cualquier persona conocida. Rocío Carrasco asegura que nunca ha discutido “de dinero con el Ayuntamiento”. 

Una versión que ratifica el propio alcalde actual, Luis Mario Aparcero, el cual explica que nunca ha pedido dinero por el museo. Esa cuantía anual “es una justificación, por no decir mira ahí lo tenéis todo, simplemente por justificar que eso tiene un precio y un valor”.

Rocío Carrasco: "Cuando mi madre estaba en Houston, mi tío Amador ya tuvo una conversación telefónica sobre el museo de Rocío Jurado"

El primer proyecto del museo se propuso en 2008 y no fue hasta el pasado 2 de julio cuando quedó inaugurado. 12 años de proceso que se iniciaron durante el último ingreso de su madre en Houston, cuñado ya había escuchado a su tío Amador Mohedano hablar con cargos públicos de Chipiona para llevar a cabo el espacio. Solamente tres semanas de la muerte de Rocío Jurado, Rosa Benito anunciaba la noticia en televisión.

 "Cuando mi madre estaba en Houston, mi tío Amador Mohedano ya tuvo una conversación telefónica sobre el museo de Rocío Jurado", ha asegurado Rocío Carrasco.

Rocío Carrasco, sobre el museo en honor a su madre: "Yo no veía la cosa clara"

Sin embargo, no fue hasta 2008 cuando se intentó firmar el primer convenio. En un primer momento, el proyecto recogía la construcción de un teatro municipal, un centro cultural y unos aparcamientos subterráneos. Así, se escogió como primer emplazamiento el antiguo cine de invierno de la localidad gaditana. Sin embargo, durante los trabajos se observó que los techos eran de uralita y, por lo tanto, había riesgo de amianto. No obstante, Amador Mohedano insistió a su sobrina para que firmara el convenio.

"Yo no veía la cosa clara", asegura Rocío Carrasco desvelando que ya le habían contado "que ya se había hablado con Amador para que pudiera gestionar ese aparcamiento". "Es un interés económico, da igual lo que pase, si se cae el techo o si no se cae", sentencia en el documental la madre de Rocío Flores asegurando que durante ese momento, Mohedano "sigue haciendo de las suyas y sigue trapicheando".