Un chico es abandonado en la puerta del hospital. Los médicos descubren que se trata de un joven que ha sido criado entre perros. No sabe hablar ni caminar erguido.
Sin embargo, es en estos momentos cuando los nuestros se esfuerzan y luchan con más ahínco, demostrando que la voluntad humana cobra mucho más valor cuando tiene que superar todos los obstáculos que surgen a lo largo del camino.
Durante quince horas, no habrá un momento de respiro. Cualquier eventualidad puede ocurrir, cualquier descuido puede ser mortal. Hay que estar preparado para lo peor. Y es que hay veces en que parece que el destino se divierte a nuestra costa. Lo mejor en estos casos es... no creer en el destino.