Antes de morir asesinada Romina dejó marcado con señales de defensa a su marido
El marido de Romina se marchó a un club de alterne cuando el cadáver de Romina todavía estaba en su casa. La camarera del club le vio con arañazos en las costillas, la espalda, la barbilla y la frente. Le preguntó si se había peleado con su mujer y él dijo que como siempre. Las heridas descritas por la chica indican que Romina intentó defenderse. Son las declaraciones del sumario en el que también se reflejan estos mensajes que Romina le escribió a un amigo. Dos días antes del crimen, cuando acaban de recibir otra paliza, y temía que la siguiente no lo contaría. Los whatsapp no ofrecen duda del miedo de la joven que no se atrevía ni a acudir al médico, porque pensaba que el desenlace sería peor. Y no era la primera vez ni la segunda porque ese testigo ha aportado datos de los malos tratos a los que sometía a Romina sistemáticamente, y con más violencia cada vez que tomaba cocaína. Raúl también pidió que le abasteciera con droga durante los días en los que mantuvo el cadáver en la vivienda pensando en cómo hacerlo desparecer.
La guardia civil espera la llegada de los padres de Romina a España para poder cotejar el ADN de los restos de pulmón encontrados por unos socorristas en la playa. El forense cree que las pruebas preliminares confirman que es de Romina pero necesitan hacer el cotejo con los padres para que no haya discusión en el juicio. Hay otros dos hallazgos en la costa que se han mandado analizar. El marido de Romina descuartizó el cuerpo y le prendió fuego, presuntamente para ocultar las causas de la muerte. Por eso sigue diciendo que se la encontró muerta y se asustó. Pero los investigadores hallaron sangre en la casa, en el cuarto de baño, y en el salón. Y el informe se explica que la morfología de las manchas sugiere que pudo haber un arrastre del cuerpo. Eso apoyaría la tesis de la acusación de que Romina fue asesinada por Raúl durante una discusión.