El emprendimiento como actitud: ¿fomenta tu empresa que los trabajadores tengan un papel activo?
Entender los obstáculos como oportunidades o proponer ideas novedosas: el emprendimiento es un valor clave en el entorno empresarial actual
Ser emprendedor no es solo una característica innata, es algo que se puede (y debe) fomentar para dinamizar la actividad empresarial
¿Promueven las empresas esta postura? Existen herramientas que dan un diagnóstico al respecto para poder implementar las mejoras necesarias
Es uno de los conceptos sobre los que más se habla y se teoriza. El emprendimiento se define como la cualidad de quien inicia con determinación acciones o proyectos innovadores. Un valor muy codiciado en cualquier sector, pero especialmente en el empresarial, y más aún en un contexto cambiante y repleto de desafíos como el actual. Con estas circunstancias puede ser muy útil saber si una empresa está haciendo lo que debe para fomentar esta cultura.
El emprendimiento supone buscar soluciones novedosas, encontrar ideas inéditas, comenzar a generar cambios. En el mundo empresarial, es un concepto que tiene mucho que ver con hacer de los problemas o de los obstáculos auténticas oportunidades. No esperar a que estas lleguen: crearlas. Y lo vivido en los últimos meses no ha hecho más que acentuar su necesidad.
El emprendimiento, ¿cuestión de carácter o de actitud?
Pero lo cierto es que el emprendimiento no es únicamente una virtud o un don: no se trata de algo que se tiene o no se tiene. Está claro que existe un carácter emprendedor, y que ciertas personas tienen una mayor tendencia natural a esa disposición por las iniciativas. Pero, por encima de todo, el emprendimiento es una actitud (de dar el salto, de pasar a la acción), y como tal, puede incentivarse y trabajarse.
La creatividad, la innovación o la diversidad son elementos que aceleran la actitud emprendedora. Pero si hay una pieza determinante en su desarrollo, esa es el entorno. El ecosistema en el que se encuentra un empleado debe entender la importancia de que este esté motivado y sea tenido en cuenta para estimular su papel activo en la empresa. Crear un ambiente propicio es clave para este fomento.
No se pueden obviar las múltiples consecuencias positivas fruto de esta cultura. La apuesta por el emprendimiento se traduce en un impacto positivo en términos de desarrollo social, económico y ambiental. Supone potenciar el talento, crear oportunidades, generar un valor añadido. Y no solo eso: el emprendimiento entronca de forma transversal con otros pilares fundamentales que sostendrán a la empresa del futuro: la sostenibilidad o la digitalización son materias en las tiene mucho que decir. La innovación es indisociable de la misma definición de emprendimiento, como demuestran ideas como la denominada 'estrategia del océano azul'.
¿Fomentan lo suficiente las empresas el emprendimiento?
Por eso la búsqueda de una actitud emprendedora debe ser un objetivo para cualquier empresa. Saber si se está haciendo y, en concreto, si se está haciendo correctamente, ha de ser una prioridad. La autoevaluación es una idea que defienden muchos organismos y empresas como Ibercaja, cuyo cuestionario sobre la situación de tu empresa permite conocer una valoración sobre su desempeño en determinadas materias. Es especialmente interesante en lo que respecta a su posición de cara a los escenarios de futuro, y permite, mediante el análisis de los resultados, corregir dinámicas y procesos.
Desarrollar esa pasión por la ejecución y el paso a la acción que conforma el emprendimiento supone instituir prácticas y mecanismos diseñados al efecto. Y muchas empresas todavía tienen mucho margen de mejora en la materia hasta conseguir que la innovación, el espíritu emprendedor y otros factores clave funcionen a pleno rendimiento como motor de cambio.
¿Están los empleados lo suficientemente motivados? ¿Se realiza algún tipo de escucha activa sobre ellos? ¿Existen mecánicas para fomentar que propongan ideas, que aporten propuestas? Ser sincero, desde el punto de vista empresarial, y poder reconocer cuáles son las fortalezas y los puntos débiles es un primer paso imprescindible para mejorar.
Respondiendo a las preguntas planteadas y a otras muchas que recoge la herramienta de diagnóstico empresarial de Ibercaja, podrás conocer si tu empresa está verdaderamente preparada para el futuro. Ser emprendedor es encontrar soluciones, hacer de las barreras oportunidades, avanzar. Un valor necesario para enfrentarse al mercado, y sobre el que todavía queda mucho por hacer en países como España.
Prepara tu negocio para el futuro.