Hallan a una mujer descuartizada en táperes en su casa de Madrid y detienen a su hijo que reconoce los hechos

La detención se produjo ayer en una vivienda situada en el primer piso del número 50 de la calle Francisco Navacerra en el distrito de Salamanca después de que una amiga de la fallecida se dirigiera a la oficina de denuncias y atención del ciudadano de la zona para comunicar a los agentes que llevaba alrededor de un mes sin ver a su amiga.

La denunciante comentó a los agentes que la mujer, de 66 años, vivía con un hijo que podría tener problemas psiquiátricos. Tras ello, la Policía mandó a unos agentes para investigar los hechos, encontrándose en el lugar "una escena dantesca" dura de contemplar.

Una patrulla se dirigió al domicilio de la fallecida y tras acceder al mismo, se encontraron a la mujer descuartizada. El joven abrió la puerta a los agentes cuando llamaron a su casa y les comentó dónde estaba su madre, cuyo cuerpo había descuartizado en "trozos muy pequeños" que había repartido en varios tuppers que estaban esparcidos por toda la casa.

No se sabe el arma del crimen. El hombre la habría descuartizado en "trocitos muy pequeños", guardados en tupperwares repartidos por "toda la casa". Esto hace pensar que podría haber usado una picadora o una máquina similar. Todo apunta a un caso de "canibalismo", han señalado fuentes policiales.

Con actitud "fría", el joven habría confesado a los agentes que se ha ido "comiendo" a la fallecida junto a un perro. "Nos la hemos ido comiendo", confesó ante la perplejidad de los presentes. Tras ello, la Policía procedió a su detención mientras que el Servicio Veterinario de Urgencias se he hecho cargo del animal.

El chico tiene hasta doce antecedentes policiales, la mayoría por malos tratos a su madre. El arrestado se encuentra a esta hora detenido en la Comisaría de Tetuán, tras negarse a declarar en la Jefatura Superior de Policía de Madrid, según las mismas fuentes. Esta noche pasará a disposición judicial.

Algunos vecinos han confirmado a Informativos Telecinco que las peleas entre el hijo y la madre eran constantes y que los golpes y ruidos podían oírse en toda la finca. Según estos mismos testimonios hace un mes los gritos fueron especialmente broncos cundiendo el pánico entre ellos.