¿Qué debo hacer si una riada me sorprende estando dentro del coche?

Cuando un coche queda a merced de una riada hay que intentar salir por todos los medios. “Lo que haremos es quitarnos el cinturón de seguridad, echar nuestro asiento hacia detrás y, con los dos pies, apoyándonos firmemente con la espalda, empujaremos el cristal hacia adelante”, o bien, romperemos la ventanilla: “Con una funda de gafas o cualquier otro objeto que llevamos en el coche golpearemos en el centro del cristal de nuestra ventanilla”, precisa Juan Diego, bombero de Sevilla. Y es que una vez que al vehículo lo zarandee la corriente, éste se irá inundando, y si no salimos, la probabilidad de perder la vida es altísima.

Así mismo, si vemos que llueve a mares y, estando al volante, se divisa un arroyo que atraviesa la carretera, la directriz es clara: “Nunca cruzaremos ese arroyo”. Con que las ruedas se sumerjan 40 centímetros, el coche navegará descontrolado.

“Si vemos que el coche empieza a flotar, hay que abrir una puerta para que entre un poco de agua y el coche se asiente”, explica Francisco Javier Rivas, presidente de SOS Ayuda Sin Fronteras. Entonces, se ha de intentar encaramarse al techo y esperar; o si no es posible, nadar, –siempre en el sentido del torrente–, hasta que podamos aferrarnos a algo.