El conocidísimo 'arquitecto de los famosos' visitó 'La Noria' para desvelar los detalles de algunas de las casas que ha diseñado y construido para algunos de los millonarios más relevantes de nuestro país. Joaquín Torres, antes de dar nombres propios, aseguró que la parte más difícil de su trabajo son precisamente ellos, quienes le contratan: "El cliente es el factor más complicado del trabajo, hay que saber llevarlos".
Joaquín aseguró que no es de su agrado ser conocido como 'el arquitecto de los famosos', aunque reconoció que es muy afortunado de lo que ese sobrenombre ha tenido que ver en su exitosa carrera: "He hecho muchas viviendas a mucha gente anónima y es verdad que también a treinta muy populares, entonces se me conoce por eso. Yo lo asumo como algo normal, porque no estaría aquí si no hubiera echo la casa a Cristiano Ronaldo, por ejemplo".
El arquitecto contó que cada vez que un famoso lo reclama para que le haga su casa, una de las cláusulas que siempre tiene que firmar en el contrato es la de confidencialidad. Según él, esto no le supone ningún problema, siempre y cuando el famoso en cuestión que lo contrata tenga claro quién manda a la hora de dirigir el diseño de la vivienda: "Lo que firmo por contrato siempre es que no voy a renunciar a la autoridad de un proyecto, no hablaré de la casa y tendré confidencialidad, pero soy yo el que manda".
El mundo de los famosos, a veces, el muy complicado y eso lo sabe muy bien Joaquín. El arquitecto comentó que los mejores trabajos que ha realizado han sido para aquellas personas que lo han contratado por su forma de trabajar y no por su popularidad: "Los clientes más fáciles son aquellos a los que les apasiona tu trabajo y tu obra. Los futbolistas son los más complicados. Ellos me eligen porque estoy de moda, porque estoy cotizado, porque le han hablado de mí, no por que les guste mi arte, porque no tienen ni edad ni cultura para apreciar mi trabajo".
Respecto al tamaño de las viviendas que construye, Joaquín reconoció que siempre se mueve en espacios enormes: "El tamaño de las casas siempre va de la mano del ego del cliente. Todos nos creemos únicos y exclusivos, pero trabajar con triunfadores es muy difícil, ayuda muchísimo la cultura y la educación. Mi ego, por ejemplo, está por las nubes, yo creo que soy la hostia".
Joaquín Torres aseguró que ama su trabajo, pero reconoció que no está capacitado para hacer una casa a determinadas personas. Esto no le frustra, todo lo contrario, afirmó que en estos casos él mismo recomienda a otros compañeros de profesión. Una de las personas a las que cree que no podría diseñarle un hogar es a 'La Princesa del Pueblo': "Yo le haría una casa a cualquiera que me pagase, pero a Belén le haría recapacitar en que ella no quiere una casa de Joaquín Torres, porque estoy seguro de que a ella no le gusta el tipo de arquitectura que yo hago".
Cristiano Ronaldo, un cliente caprichoso
Joaquín Torres contó que la casa que compró Cristiano Ronaldo en la elitista urbanización 'La Finca', en Madrid, fue una casa que ya estaba construida antes de que el futbolista la adquiriera. "La vivienda la había diseñado yo, pero ya estaba construida. Lo que hicimos después fue decorarla. Son 1.400 metros cuadrados de vivienda en una parcela de 8.000 metros cuadrados", explicó.
Algunos de los secretos que Joaquín desveló sobre los caprichos del jugador del Real Madrid fueron la importancia que le dio "a su habitación y a la habitación del niño, en aquel momento todavía no era padre, pero supongo que pidió eso sería porque tenía conocimiento de lo que venía". A parte de estas dos habitaciones, Cristiano Ronaldo mostró al arquitecto algunas de sus excentricidades: "Pidió muchos espejos en toda la casa, una foto enorme de él en su habitación y un piano de cola".
Penélope Cruz, Javier Bardem y su nidito de amor en Madrid
Joaquín Torres habló con muchísimo cariño de la pareja de actores de moda del momento. Pe y Bardem también han contratado los servicios del arquitecto de los famosos, pero en este caso, ataron muy bien los cabos en el contrato de confidencialidad para que no pudiera dar prácticamente ni un solo detalle de su nueva morada.
La única pista que dio sobre la mansión que se está construyendo la pareja es que está situada en Madrid y que "va a ser muy bonita". Los colaboradores, que no se quedaron muy contentos al no poder saber más, preguntaron a Joaquín sobre qué sucedería si vulnerara la cláusula de confidencialidad y se fuera de la lengua:
"No pasaría nada, no me expongo a mucho, es muy difícil poner puertas al campo, sobre todo porque los derechos de autor los tengo yo, pero me expongo a perder su confianza, que es lo más importante. Ellos están en su derecho de no hablar de su intimidad, igual que otros están en su derecho de hablar. Son estupendos los dos, pero si me tuviera que quedar con uno me quedaría con Javier".
Felipe González y su polémico chalet en Tánger
Desde que el diario 'El Mundo' anunciara que Felipe González se estaba construyendo un inmenso chalet en Tánger los rumores se dispararon . Unos aseguraban que el ex presidente del Gobierno había tenido un trato de favor en cuanto a la recalificación de los terrenos y otros, entre ellos él mismo, negaban incluso la existencia de la vivienda.
Joaquín Torres zanjó la polémica poco después de que el mismo Felipe González confirmara que la casa existía y que estaba en construcción. "Es cierto que se está haciendo una casa, se la estoy haciendo yo, aunque ahora está paralizada", comentó el arquitecto. Joaquín añadió que no entiende el motivo de tanto revuelo, ya que tenía constancia de que no había habido ningún trato de favor hacia el ex político:
"No ha hecho nada malo, sólo ha decidido hacerse una casa en un lugar estupendo, y no le han dado más privilegios que a cualquier otra persona . Si tuvo más facilidad para construir su casa fue porque allí interesaba, porque es una persona que apoya mucho a Marruecos. Yo nunca vi trato de favor, pero ahora está paralizada porque a Felipe le molestó que se hiciera público. Él no pidió ningún privilegio, lo aseguro".
Zinedine Zidane, el más problemático
"Es un señor, una persona estupenda, pero no nos entendimos. Pretendía que hiciera una serie de cosas que yo no sabía hacer, me pedía un castillito de estilo barroco en una urbanización de Madrid . Yo cedí en muchas cosas, pero menos de lo que él quería que cediese. Le expliqué que yo sé hacer bien los parámetros que me gustan, pero que hay otras cosas que no hago bien. Él no tuvo la casa que quería y yo me prostituí, y digo que me prostituí porque hice cosas que no volvería hacer. No supe decirle que no, no supe llevarlo, ni comunicarme con él. También es cierto que eso sucedió en el peor momento, cuando vino a Madrid y era un Dios".