Tras llegar a Ochate, Belén y la médium pasena por la ermita en la que fue captada la imagen de los dos niños. No sienten nada hasta que la médium pisa una piedra, justamente la piedra en la que aparecen los niños. Aunque siente miedo, Belén no puede resistirse y prueba su dotes como vidente pisando la piedra pero no siente nada.