Natalia está en muerte cerebral. Los médicos no pueden hacer nada por ella, solo practicarle una cesárea para salvar la vida de su pequeña. Pero necesitan la autorización de su pareja.
“Tienes que firmar el consentimiento, nos la tenemos que llevar”, le pide Paula a Nasser. No pueden esperar más, “yo sí puedo”, le contesta. Y le vuelve a pedir que salve su vida… Pero se niega rotundamente.
Paula cree que la única persona que puede hacerle entrar en razón es Mila, por eso acude a ella y le pide que le convenza. Lo va a intentar con una condición, quiere estar en el quirófano durante la cesárea. La doctora sabe que eso no va a ser posible, pero le promete que alguien la va a dar la mano todo el rato.