Un reportero entre misses

DIEGO LARRINAGA 12/02/2008 11:34

La llegada a la República Dominicana fue por todo lo alto, nos recibieron muchos medios de comunicación, y varios grupos de baile caribeño que estuvieron durante unos cuantos minutos meneando la cintura, primero solos, y luego con las misses.

Acto seguido, nos dirijimos al hotel en un autobús particular para la prensa, y en otro aparte las misses. La llegada al hotel para mí, fue como una película con Paco Martínez Soria visitando el extranjero, algo totalmente desconocido... De nuevo la recepción fue como si fuéramos un equipo de fútbol famoso: baile, muchas bandejas de comida y entremeses, bebidas afrodisíacas... 1

A los pocos minutos nos condujeron a las habitaciones, las chicas duermen en pareja, y casi no tienen libertad para moverse a sus anchas. Están las 24 horas vigiladas por gente de seguridad, no pueden beber alcohol, no pueden salir por la noche, no se pueden distanciar del grupo, no pueden tener relación con la gente, ni siquiera se les puede ver "tontear" con la gente de presa, por precaución ante "malos entendidos a posteriori".

Prosigo. Me llevaron a la habitación, y de nuevo otra sorpresa, ¡me ha tocado una suite! En la cual tengo un salón, una habitación enorme, una terraza con más de 100 metros cuadrados... Y por supuesto, en primera línea de playa, con unas vistas increíbles, con ese airecito caribeño que susurra calma y tranquilidad por las noches...Vamos, de lujo. 2

Sí que es cierto, que en comparación con otros hoteles en los que hemos estado posteriormente, tampoco es tanto. Pero para los que no estamos acostumbrados a este tipo de circunstancias...¡Es perfecto!

El primer día por la mañana tuvimos la entrevista con todas las misses, en primer lugar posaron para los fotógrafos y luego para la televisión (aquí nos incluímos nosotros también). De aquí en adelante todo han sido visitas a hoteles que han sido los encargados de poner el dinero. También estuvimos en una fábrica de Ron Barceló, acompañados del director de la planta que se encargó de detallarnos todo el proceso para elaborar ron: desde que llega en las barricas, hasta que sale embotellado. Esto fue un poco aburrido. De nuevo, otro acto promocional.

El segundo día lo pasamos en Punta Cana. Las chicas se bañaron en la piscina del hotel en el que estuvimos para hablar con los medios, y se desinhibieron un poco.

Son todas muy jovencitas, aunque hay algunas más mayores. La más mayor tiene 27 años, es Miss Cantabria y es una de las que es madre.

El ambiente...qué os voy a decir. Acompañados todo el día de 52 mujeres preciosas (porque este año créedme que el nivel ha subido) que en cuanto ven una cámara su primer acto reflejo es lanzarte una sonrisa y unas muecas de besitos... Ellas no tienen apenas relación con nosotros, salvo cuando tienen que hacerlo por obligación.

También es cierto que siempre hay huecos en los que podemos estar con ellas si la organización no está muy pendiente.

Pero tampoco se puede calificar esto como unas vacaciones...es más un paseo de trabajo por este país. La mitad del día en autobús, y la otra mitad en actos promocionales. Los únicos ratos libres son por las noches, ratos que aprovechamos los medios para hacer balance del día, editar a quien les toque, y bajar a tomar unos cubatas al bar de abajo.

Y sí, me siento realmente como un hombre privilegiado, con esa libertad de coger a una miss en la playa y tener la posibilidad de grabar a mis anchas cualquier parte de su cuerpo, estando justificado siempre por gajes del oficio, jaja.