El Gran Palacio y alrededores

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 26/09/2009 00:00

El Gran Palacio es un conjunto de edificios que fue construido como residencia para la familia real en 1782. Para su seguridad, el complejo cuenta con una valla de 1.900 metros de longitud. Actualmente, los reyes residen en el Palacio Chitralda.

Normalmente hay dos puertas de acceso al público (una para los ciudadanos locales y otra para los turistas) Antes de acercarse hasta allí conviene saber que cada vez que entremos en un templo deberemos descalzarnos y que además hay que llevar ropa apropiada (nada de camisetas de tirantes, faldas, pantalones muy cortos... Si por alguna razón sólo llevamos esto en la maleta, allí mismo nos dejaran alguna que otra prenda para cubrirnos)

Una vez atravesada la muralla, las caras de los turistas son muy similares. Lo que se muestra ante tus ojos es tan deslumbrante que se crea un silencio momentáneo que coincide con el de los tailandeses que peregrinan hasta allí por su devoción.

Todo allí dentro va a llamar vuestra atención. Desde los grandes guerreros situados en cada una de las esquinas como símbolo de protección, pasando por los innumerables budas, la reproducción en miniatura de Angkor Wat y los detalles. Sobre todo los detalles.

En cada una de las figuras, de las pinturas, de los tejados se pueden apreciar miles de detalles. Lo que predomina es el colorido y el dorado con el que han vestido al lugar. Es, sin más, impresionante.

Uno de los templos más conocidos es el Wat Phra Kaew, en cuyo interior se encuentra el buda esmeralda. Habiendo oído hablar tanto de él, uno se lo imagina de un tamaño considerable (suelen serlo los budas de allí) pero apenas mide unos 60 centímetros. En realidad, está hecho de jade, pero el color que posee le otorgó el nombre con el que se le conoce.

En el centro del recinto se puede ver la Residencia Chakri, que contiene las urnas funerarias de los reyes, así como el trono del rey.

El buda reclinado

No todos los budas adoptan la misma posición. Para el turista que preste poca atención a los detalles pueden resultar todos muy similares. Todos, menos el conocido como el Buda reclinado (su postura significa que se halla muy cerca del Nirvana)

Se encuentra muy cerca del Gran Palacio, en el Wat Pho y mide, nada más y nada menos, que 46 metros de largo y 15 de alto. Además, en las plantas de los pies se pueden ver unos grabados que muestran los atributos de Buda.

Lo que hay que tener en cuenta al entrar en este templo es que no se va a poder ver al buda en toda su magnitud de un simple vistazo. Por su puesto, tienen que ver sus dimensiones, pero, además atraviesan el lugar seis columnas que dificultan esta tarea.

Siempre está lleno de gente, pero merece la pena visitarlo. Además, uno puede salir de allí con una bendición. ¿Cómo? Si te fijas desde la entrada hasta el final hay una hilera de tinajas y una mesa con unas señoras que reparten unas monedas metálicas. El ritual para ser bendecido consiste en armarse de paciencia, esperar la cola e ir depositando monedas en cada una de las tinajas.

El Templo de la Aurora

En la misma zona, pero al otro lado del río se encuentra el Wat Arun (o Templo de la Aurora). Para llegar hasta allí hay que coger un ferry. En un par de minutos, te encontrarás al otro lado.

Este templo cuenta con unas enormes torres decoradas con porcelana china. Su torre central, de 82 metros de altura es la más alta del país, lo que proporciona unas vistas preciosas de Bangkok.

Pero para llegar hasta arriba hay que tener en cuenta que hay que subir varias escaleras y que no todas ellas pueden ser calificadas como tal. Algunas se presentan ante la vista casi como paredes verticales con pequeños peldaños. Aún así, merece la pena subir.