AlmeríaEl Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha condenado a diez años de prisión a un hombre que abusó sexualmente de la hija de su pareja sentimental, una adolescente temprana con la que convivía después de que se trasladara a la vivienda en la que esta residía con su madre en Almería.

El alto tribunal andaluz ratifica el fallo emitido por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería que impuso al acusado el pago de una indemnización de 20.000 euros a la víctima así como una medida de libertad vigilada durante diez años en los que tampoco se podrá comunicar ni acercar a menos de 500 metros de la afectada.

La sentencia, consultada por Europa Press, da por probado que el acusado, que contaba con 24 años en el momento de los hechos, convivía con su pareja sentimental en la vivienda de esta, donde además se encontraba la hija de ella, de 14 años de edad en el momento de los hechos enjuiciados.

Relaciones consentidas durante dos años

El tribunal califica de "fundamental" el testimonio aportado por la víctima de los abusos, que fue "clara y contundente" en su "coherente" declaración "sin contradicciones fundamentales", en la que la propia menor aseguró que las relaciones fueron "consentidas" y que se iniciaron a los 12 años, si bien no lo contó porque "quería" al acusado.

En su declaración, la víctima llegó a reconocer incluso que tras los hechos enjuiciados siguió viendo al acusado pese a que fue trasladada al pueblo de sus abuelos por su madre, quien también ofreció una versión coincidente en relación a los hechos enjuiciados.

La madre de la víctima aseguró que tuvo conocimiento de lo ocurrido tras revisar el teléfono móvil de su hija, donde había varias fotografías de esas relaciones en las que incluso el acusado se reconoció, según declaró "en varias ocasiones" ante la policía y el órganos instructor.

"Ningún resentimiento o móvil espurio o de venganza guían a la menor frente al acusado", estima el tribunal quien alude a la declaración de la perjudicada, quien aseguró que ambos tenían intención de "irse a vivir juntos cuando ella cumpliera los 16 años".

La declaración de la víctima se vio corroborada por otras pruebas que dieron credibilidad al testimonio de la menor, como la declaración de su madre y el informe psicológico ratificado en sala por las forenses sobre el estado de la niña

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