Los demandantes aseguran, por un lado, que Google rebaja en sus resultados de búsqueda gratuita la posición de servicios especializados competidores y favorece los suyos propios.
Dichos servicios especializados proporcionan a los usuarios ciertos tipos de contenido específicos como comparadores de precios.
Por otro lado, la Comisión quiere verificar las alegaciones según las cuales Google degrada, en sus resultados de búsqueda de pago, el llamado "marcador de calidad" de los servicios de búsqueda verticales competidores.
El "marcador de calidad" es uno de los factores que determina el precio por la aparición de una publicidad en Google.
En tercer lugar, Bruselas también va a investigar si Google impone cláusulas de exclusividad a sus socios publicitarios, con el objetivo de prohibirles exhibir en sus páginas web determinados anuncios de sus competidores.
Por último, la Comisión va a estudiar si el gigante estadounidense restringe la movilidad de campañas de publicidad en línea desde su plataforma a otras de la competencia.
Google responde
Tras conocerse la investigación abierta por parte de la Comisión Europea, Google ha asegurado que desde que se creó la empresa "hemos trabajado concienzudamente para hacer lo mejor tanto para los usuarios como para la industria".
Además, la compañía señala que en todo momento "se ha garantizado que los anuncios estuvieran siempre claramente marcados, haciendo posible y fácil que los usuarios pudieran llevarse sus datos consigo cuando cambiaran de servicios e invirtiendo mucho en proyectos de código abierto".
Pese a todo, Google explica que "estamos abiertos a cualquier recomendación y por ello vamos a trabajar con la Comisión para abordar cualquier inquietud" que se suscite. EPF