El ejemplo mexicano puede ayudar a predecir los terremotos silenciosos

AGENCIA EFE 23/04/2009 18:52

Según un estudio que hoy publica Science, las anomalías en la capa superior de una placa tectónica que se desliza bajo otra pueden indicar una propensión a los terremotos lentos que tardan días, semanas y hasta meses en liberar la energía acumulada.

Un equipo de investigadores, encabezado por Teh-Ru Alex Song, del Departamento de Magnetismo Terrestre del Instituto Carnegie, analizó los datos sísmicos recogidos durante 20 años en el sur de México, donde la placa tectónica de Cocos se desliza debajo de la placa Norteamericana.

Los sismos más potentes ocurren en las regiones donde convergen dos placas tectónicas y una de ellas se desliza debajo de la otra.

"Es mucho lo que podemos aprender acerca de los materiales en el seno de la Tierra por la velocidad, fuerza e interferencias de diferentes ondas sísmicas" explicó Song. "Típicamente las ondas P son las más rápidas, seguidas por ondas dispersas que se vinculan con variaciones en la velocidad de la onda sísmica dentro del medio".

El instrumento más común de medición de los movimientos telúricos, el sismógrafo, registra dos tipos de ondas, las superficiales que se mueven a través de la superficie y causan la mayor vibración, y las centrales que se desplazan en la profundidad de la Tierra.

Song dijo que para su estudio el equipo empleó las observaciones recogidas dentro de 150 a 250 kilómetros de los terremotos "para elaborar mapas de las estructuras en la parte alta de la placa subducida".

Las observaciones y los modelos mostraron a los investigadores que 30 de estos acontecimientos tenían conjuntos similares de ondas y esto proporcionó una información adicional sobre los detalles estructurales en la región donde se originaron los datos.

En particular encontraron una capa en la parte superior de la placa subducida donde la velocidad de las ondas "S", que no atraviesan líquidos, era de 30 a 50 por ciento menor que en la típica corteza oceánica cubierta de agua.

Esa capa anómala, a la cual los investigadores describen como capa de velocidad ultra lenta, se encuentra en profundidades de 25 a 50 kilómetros, un tanto más abajo que la porción de la zona frontal de la placa que soporta la mayor fricción y es el área de los grandes terremotos en esta región.

Los científicos examinaron asimismo los sitios donde han ocurrido terremotos lentos y temblores no volcánicos, y encontraron que las áreas de terremotos lentos coinciden con las áreas de capa de velocidad ultra lenta, y que las regiones de temblores no volcánicos son adyacentes a esas combinaciones.