Pablo Milanés puso ritmo y sentimientos a una fría noche de otoño santiaguina

AGENCIA EFE 17/04/2011 06:14

Acompañado de seis excepcionales músicos, Milanés arrancó con "Que es lo que falta creer"; "Si ella me faltara alguna vez" y "Otoño", tres temas con los que inundó de sentimientos y melancolía todos los rincones del teatro Caupolicán de Santiago de Chile, donde actuó.

Pero bastó escuchar la siguiente composición para no olvidar que se estaba ante un cantante y un grupo de músicos cubanos de sangre caliente y caribeña.

"Hay", fue la canción que casi hace saltar de los asientos a los presentes; ya que en ella apareció el contagioso y cadencioso ritmo cubano.

Las baquetas del baterista se encargaron de sacar brillo y ritmo a cuatro timbales, una caja, y un tam-tam, mientras otro percusionista hacia temblar la estantería del teatro con sus tres tumbadoras y cuatro bongós de distintos tamaños.

Milanés mantuvo el ritmo arriba con "De que callada manera", sus músicos se adornaban con algunos pasos de baile y poco a poco fueron atizando la fría noche otoñal.

El son cubano y la canción de protesta, que se hizo famosa en las décadas de los sesenta y setenta, no los olvidó Milanés, que volvió a la carga con "Ya se va, aquella edad" y "Los días de Gloria".

Más tarde, recordó aquellas canciones que se hicieron tan famosas en estas tierras australes como "El tiempo pasa", "Yolanda" y "Todavía cantamos", todas coreadas por ese público incondicional que le sigue a todas partes.

Pero Milanés, nuevamente volvió a calentar los ánimos y, junto a su banda, interpretó "Amo esta isla", una canción con la que durante quince minutos hizo cantar y moverse al público.

Cinco minutos de aplausos les obligaron a volver al escenario y arrancar esta vez con "Paloma ausente", de la chilena Violeta Parra.

El público emocionado, aplaudía y gritaba: "Viva Pablo", "viva Violeta".

De vuelta a bambalinas, el cantautor cubano otra vez se vio obligado a regresar y esta vez con la canción "Yo no te pido".

Milanés, que se ha caracterizado por mantener una posición de crítica pública a los errores que, a su juicio, se han cometido en la conducción de la revolución cubana, sin dejar de defender por ello la revolución, finalizó su ultimo bis con la emblemática canción dedicada a Chile tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973: "Yo pisaré las calles nuevamente".

"Yo pisaré las calles nuevamente/ de lo que fue Santiago ensangrentada/ y en una hermosa plaza liberada/me detendré a llorar por los ausentes...", canción que fue coreada prácticamente por todo el público, que finalmente de pie aplaudió al músico cubano por varios minutos.