La pieza, una obra de excelente calidad y de las más extraordinarias que expone la pinacoteca bilbaína en la actualidad, según ha destacado hoy su director, Javier Viar, en su presentación a los medios de comunicación, pertenece a la colección particular de Plácido Arango, presidente del patronato del Museo del Prado de Madrid, quien la ha prestado hasta el próximo 28 de junio.
La conservadora de la Colección del Museo bilbaíno, Ana Sánchez Lasa, ha señalado que Luis de Morales (Badajoz 1509-86) esta considerado uno de los mejores pintores españoles del siglo XVI y que era conocido como "El Divino" por "la profundidad emotiva que, con una técnica muy minuciosa en los detalles y un estilo muy personal, dio a la iconografía religiosa".
Sánchez Lasa ha revelado que, aunque se sabe bastante de su producción artística, compuesta fundamentalmente por grandes retablos y cuadros de devoción de pequeño tamaño, en los que los temas predilectos eran Vírgenes con niños o en actitud piadosa, de la formación artística de Luis de Morales se conoce bastante poco.
La conservadora del Bellas Artes ha añadido que "aunque no se sabe muy bien cómo llego a formar su estilo", éste, sin embargo, es "muy personal y está definido por figuras muy alargadas y con un color de la carne que recuerda influencias de la pintura italiana de la época, al mismo tiempo que el tono a cera o 'luz de luna' de la piel evoca características de la pintura flamenca".
"Pintar una obra de las características de ésta que hoy exhibimos aquí requiere una habilidad técnica como solamente él poseía", ha asegurado.
Ana Sánchez Lasa ha revelado que la tabla que hoy se ha presentado, de 70,5 por 50 centímetros, es conocida también como "La Virgen del sombrero" por el tocado que lleva la figura en la cabeza, que, según la conservadora, es "muy peculiar porque tiene una gasa muy sutil y unas características muy particulares".
La conservadora de la Colección propia del Museo ha añadido que otros rasgos definitorios de la técnica y el estilo personal de "El Divino" son "los fondos negros de sus composiciones, con los que buscaba resaltar el tono de la carne de las figuras", y el frío colorido "manierista" de sus obras, que "sólo él sabía transmitir de una forma tan sorprendente".
Ana Sánchez Lasa ha comentado que esta obra invitada se exhibe junto a la tabla del también pintor extremeño, y de casi sus mismas dimensiones, titulada "La Piedad", fechada hacia 1560, y que es propiedad del museo bilbaíno.