"Ha sido muy interesante porque me apasiona dar clases, y veo que además aquí tienen mucho interés y mucha facilidad para aprender. Eso me emociona y me gusta mucho", explicó a Efe Bernier (Sevilla, diciembre de 1975).
Se trata de la primera visita del músico andaluz a la capital china, gracias a unas jornadas organizadas por el Instituto Cervantes y la Embajada de España en Pekín.
Durante el taller, una docena de alumnos chinos se adentraron de la mano del guitarrista en el análisis de la interpretación de estilos como el renacentista, el barroco o el romántico, en la técnica instrumental o en la preparación para pruebas o conciertos.
Bernier destacó la habilidad y la temprana edad a la que los chinos empiezan a estudiar guitarra, por lo que llegan a la adolescencia con un buen nivel técnico.
Las carencias, añadió, "están quizás en el nivel expresivo, tal vez porque la música que interpretan es occidental, no es un problema, pero el acercamiento a la música lo hacen de una forma diferente. Hace falta un trabajo más profundo en la expresividad con la que interpretan", valoró.
El sevillano ofreció el jueves un concierto en el mismo instituto Cervantes de Pekín en el que interpretó obras de Fernando Sors, Heitor Villalobos, Isaac Albéniz, Agustín Barrios Mangoré o Astor Piazzolla, entre otros.
Bernier se desplazará mañana a Shanghái, donde el lunes ofrecerá un recital en el Consulado General de España en la metrópolis oriental, y a continuación viajará a Tokio para participar en actividades similares.
El guitarrista trabaja en la actualidad en proyectos de música contemporánea española para guitarra, en concreto en la grabación de un disco en el que interpreta obras de compositores vivos en su mayoría españoles, como César Camarero, Jose Manuel López López o Luis de Pablo.
El disco, grabado con la compañía Naxos, saldrá a la venta en febrero de 2011.
Bernier cuenta con una trayectoria musical que le ha llevado a actuar en 28 países de Europa, América, África y Asia y en escenarios tan prestigiosos como la Salle Cortot y el Téâtre Mogador de París (Francia), el Oji Hall de Tokio, o el Museo del Hermitage en San Petersburgo (Rusia). EFE
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