Para empezar con la selección, ha de tenerse en cuenta que el borde superior de las gafas no debe sobrepasar la línea de las cejas, y el borde inferior no debe rozar las mejillas, “incluso cuando sonríes”, según explica Grace Woodward, estilista de Ópticas Specsavers, al ‘Daily Mail’.
Además, las gafas no deben de ser ni muy estrechas en función del tamaño de su cara, porque harían parecer los ojos muy juntos, ni más anchas.
El color es también importante y debe combinar con tu tono de piel y el color de tus ojos: los colores brillantes van bien con tonos oscuros; plateados y negros funcionan muy bien con tonos de piel más oscuros; los marrones suaves, borgoña o rosados son perfectos para los tonos de piel más pálidos; y los azules, verdes y morados resaltan los ojos azules.
Según la forma de cara
Corazón: Son las que tienen la frente ancha y se estrecha hacia la boca y barbilla. Las gafas que más favorecen son las redondeadas y cuadradas, y se debe evitar las gafas que son más anchas en la parte superior, ya que resaltaría esa zona de la cara.
Cuadrada: Las gafas ovaladas, redondas o tipo aviador equilibran esta forma de cara.
Redonda: Con la frente ancha y la barbilla redonda, las gafas que más se adaptan son las angulares y geométricas. No favorecen a esta forma de rostro los macos redondos y ovalados, que harán que la cara se vea más redonda.
Ovalada: Son rostros uniformes y proporcionados por lo que cualquier forma de gafas se adapta muy bien. Aun así, se prefieren las formas cuadradas y ‘cat eyes’ a las redondas.
Alargada: Se equilibra muy bien con gafas anchas y cuadradas con monturas rectas y de un único color.
Otros consejos
Los puentes finos o trasparentes pueden ensanchar los ojos muy juntos, mientras que un puente de color hará que los ojos separados parezcan más juntos, cuenta Grace.
Para las narices más grandes y largas los puentes bajos se ajustan mejor, y se prefieren que el marco de la gafa sea grueso. Por el contrario, para las narices pequeñas, se recomiendan puentes altos y marcos más finos.