Pasó 457 días en un árbol contra la tala en los bosques

Informativos Telecinco 09/03/2013 09:30

La activista, a sus 31 años, llevaba ya 15 meses viviendo a una altura de unos 60 metros sobre el suelo, en una plataforma artificial unida a un árbol eucalipto de 400 años de edad. Permanecía allí desde el 2011, exigiendo que los bosques de Tasmania, Australia, estuviesen protegidos de la tala.

Gibson consintió bajar después de que la policía y su propio equipo de apoyo le advirtieran de la cercanía de un incendio forestal descontrolado. Finalmente, Gibson decidió bajar después de que la policía y su equipo de apoyo le advirtiera de los peligros de un incendio forestal descontrolado que acechaba cerca de donde se encontraba ella.

"Cualquier cambio de viento, podría haber traído el incendio hasta aquí rápidamente, a mayor velocidad de lo que yo habría podido escapar", explicó Gibson a los periodistas. Añadió que fue el único motivo por el que tomó tan difícil decisión pero que, sin ninguna duda "tenía que priorizar mi seguridad y no poner ni a mí ni a nadie en riesgo".

A pesar de lo sucedido, la activista aseguró que su lucha no iba a acabar allí y que continuaría reclamando la protección de los bosques de Tasmania desde el suelo. "Es decepcionante que tenga que bajar de aquí en estas circunstancias" dijo Gibson cuando tocó el suelo. "Sin embargo, creo que lo que he conseguido a lo largo de mi estancia allí durante más de un año ha sido absolutamente extraordinario" afirmó.

La lucha

Durante su campaña, la que antes fue una simple maestra de escuela, tuvo que enfrentarse al aislamiento y la soledad, que superó gracias a la moderna tecnología de unos satélites solares, con los que podía establecer contacto desde el árbol mediante conferencias y a través de las redes sociales. Así, también actualizaba su blog.

Además, tuvo que soportar el duro invierno de Tasmania desde el árbol con la ayuda de su equipo, según relataba Phil Mercer de la BBC

Según activistas ambientales, su campaña durante 457 días fue la más larga conocida en Australia, y logró superar los 208 días que Manfred Stephens vivió en un árbol al norte de Queensland en 1995.