Desde Asopol (Asociación profesional de policías) su portavoz, Daniel García, apunta: "Los delincuentes son los primeros sorprendidos. En el momento que ven que los paramos ellos piensan: me han cogido, la he fastidiado. Pero luego resulta que los dejamos irse. No lo entienden ni ellos mismos, son los primeros sorprendidos. Es más, ellos saben que si no les coges con el material robado no les puedes hacer nada". Es decir, en la mayoría de los casos la idea tan extendida de que la policía no hace nada se traduciría más bien en que en algunos casos la policía "no puede hacer nada". De hecho, en ese suceso los agentes cumplieron escrupulosamente con la ley.
Como señala uno de los magistrados que mejor conocen nuestro Derecho Penal, Marcelino Sesmero: "En el caso de los policías que detienen un vehículo habría que dejarlos libres porque no han cometido nada. Sería la ideación de un delito y el pensamiento no delinque. Para que fuese conspiración para delinquir tendríamos que tener más pruebas. Aún así, los policías no tienen por qué sentirse frustrados ya que han evitado que se cometiera un acto delictivo".
Ignacio es óptico y "como muchos comerciantes- también se siente víctima de la impunidad de la que muchos delincuentes 'disfrutan' . Ha sufrido tantos robos que en sus partidas de gastos mensuales ya incluye unos 3.000 euros en sustracciones de gafas. Reventaron su tienda por la noche, los ladrones siguen libres y a él, además de los 12.000 euros de pérdidas, el seguro le penalizó. Nos enseña numerosas grabaciones de las cámaras de seguridad: "Mira, ahora se están metiendo las gafas en el bolso. mientras miran para saber si alguien les ve. Después salieron corriendo del comercio y no pudimos echarles el guante. Sin embargo, al día siguiente volvieron. Les reconocimos y les retuvimos hasta que llegó la Policía. Ésta les tuvo que soltar porque como el delito no tiene prisión provisional no les pueden detener. Es desesperante".
El tercer eslabón de la cadena lo encontramos en la Puerta del Sol, en Madrid. Aquí se da salida a este tipo de mercancía o incluso se pactan los 'robos' por encargo."Armani ¿quieres? ¿gafas?" Así nos abordan en la calle. Quien lo dice procede de Italia donde vivían, como ellos mismos confiesan, del delito. Decidieron trasladarse a España porque aquí, dicen, es más fácil robar: "La primera cosa que hacen en Italia es meterte en la cárcel. Aquí un día dos días, tres días"y ya estás fuera".
El 90% de los alarmas por robo que saltan en España se produce en los comercios. Ese es el principio de una historia, la del hurto y la de la quien la comete, cuyo final puede ser uno de los que hemos contado.
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