El billete entre los cuatro mejores estaba muy caro. Los de Óscar Trigo se habían visto condenados a jugar contra un rival claro aspirante al oro, medalla por la que ha luchado en las tres últimas citas paralímpicas, con oros en Sydney y Atenas, y plata en Pekín, y que cuenta en sus filas con un jugador de talla mundial como Patrick Andersson, que acabó con 16 puntos y 14 rebotes.
Además, como le sucediese en choques ante otras potencias como Australia, actual campeona, o los Estados Unidos, el combinado nacional perdió el tren del choque demasiado pronto, después de un mal inicio donde Canadá se escapó en el marcador de forma defensiva.
Así, con Andersson liderando a los suyos, los norteamericanos firmaron un inicial 0-8, que alargaron a un 3-13 y a un ya muy peligroso 4-21. España, con problemas en los tiros libres, reaccionó con un parcial de 7-0 y se mantuvo muchos minutos por debajo de los diez puntos de diferencia, pero un parcial de 1-8, sin Andersson en pista, prácticamente finiquitó el choque al descanso (25-43).
En la reanudación, Canadá no se relajó, continuó dominando el rebote y defendiendo fuerte, y abortó cualquier intento de remontada de los de Óscar Trigo. Andersson abrió una nueva brecha por encima de los 20 puntos, imposible para el equipo nacional, que se despidió del sueño paralímpico.