Así, el Pontífice ha recalcado que este respeto se extiende también al adversario deportivo y que el fútbol también sirve para formar el "espíritu de sacrificio personal en vista del bien del grupo entero" y de "poner en valor las capacidades de cada elemento que integra el equipo".
En este sentido, señala que "este evento deportivo implica no sólo a los organizadores, atletas y seguidores, sino también en diversos modos y campos de la vida a toda la Sociedad", por lo que la "Iglesia no es indiferente a tal evento, en particular a las necesidades espirituales de aquellos que forman parte", y ha resaltado que se realizarán reuniones de catequesis, litúrgicos y de oración.
"El deporte en equipo ayuda superar la lógica del individualismo y del egoísmo, que frecuentemente caracteriza las relaciones humanas, para dejar espacio a la lógica de la fraternidad y del amor, que es lo único que permite, a todos niveles, promover el auténtico bien común", añade
Finalmente, el Papa anima a todos los que participan en este evento a actuar de modo que se viva una "expresión de las más nobles virtudes y acciones humana, en el espíritu de la paz y la alegría genuina" y ha enviado su bendición apostólica a los Pastores, voluntarios, futbolistas, seguidores y a todos los que están preparando el campeonato.