Annas, que se expresa con la madurez de un adulto, defiende la camiseta de las Escuelas Deportivas de Danone (EDD), un grupo de jóvenes jugadores que han sido elegidos por la "Asociación de Deportistas para una Infancia Mejor", auspiciada por dos ilustres como son Rafa Jofresa y Rafa Gordillo.
Pese a la "gran experiencia" que están viviendo estos chicos -cuyo reto no es competir-- Annas siempre tendrá el fútbol en un segundo plano. Cuando su padre marcha a trabajar todas las mañanas es él quien se hacer cargo de sus hermanos pequeños. "Yo les hago la comida", dijo con naturalidad.
"Cuido de mis hermanos, pero es que también se me da bien la comida", añadió el delantero de las EDD, que lo entiende como algo natural. "Mi plato especial son los huevos revueltos, aunque cocino muchas otras cosas", dijo Annas, que contagia alegría con sólo mirarle, una virtud que no se puede cuantificar.
"Cuando voy a entrenar me encanta, me lo paso genial. Y cuando fui elegido para jugar la Danone Nations Cup se lo dije a todos mis compañeros, nadie se quedó sin saberlo", comentó Annas, que no desvió la mirada en toda la entrevista. "La verdad es que todos se alegraron mucho por mí".
Está claro que el mérito de Annas está muy por encima de marcar un millón de goles o incluso de ser el campeón de la competición. Para el jugador de origen africano, seguidor confeso del Real Madrid, el mejor delantero de la Liga es el zaragocista Hélder Postiga. Seguramente no tenga razón, pero sí mucho criterio. Nadie le invitó a pensar en Cristiano o Messi, ni tan siquiera la televisión. "A mí me gusta mucho", dijo convencido.
"Esta competición es increíble. Cornellá-El Prat sólo lo había visto por la tele. Ya he visitado otros campos, pero éste podemos pisarlo", bromeó Annas. "Lo que más me ha gustado es el hotel y la piscina. Esto es un sueño para nosotros. ¿Crees que podía imaginar que un día jugaría contra el Málaga o el Sevilla?", cuestionó este 'hombre' de apenas 120 centímetros, todo un gigante para el resto de los mortales.