"No se pueden comparar los equipos. La principal diferencia es la experiencia, no una cuestión física. Estamos compitiendo contra equipos que cuentan con navegantes que participan por sexta o séptima vez en esta carrera", señaló en declaraciones a Europa Press en Lisboa, desde donde saldrá la octava y penúltima etapa, con final en Lorient (Francia) tras 647 millas.
En este sentido, Brouwer advirtió de que "compensan" esa falta de experiencia con "los mejores técnicos", y que están concienciadas de que las dos últimas etapas deben ser "las mejores" para el barco escandinavo, que marcha sexto y último -por el abandono del 'Team Vestas Wind' en la segunda etapa. Además, aseguró que "todavía" lucharán por disputar "los puntos de la regata costera".
Por otra parte, habló del componente emocional de estar lejos de casa. "Echo de menos a mi familia y a mis amigos. Algunas somos madres, otras son solteras... Es duro pero de momento no pienso en lo que haré hasta que acabe", indicó Brouwer, madre de un niño de dos años. "Lo tengo en buenas manos, así que puedo concentrarme. Es un trabajo y tenemos un objetivo", reveló.
La trimmer neerlandesa, que confesó que otra de las cosas que más extraña durante las etapas es la "comida fresca", explicó que a pesar de los contratiempos se mantienen tranquilas. "La clave es que intentamos mantener las emociones al margen mientras navegamos", explicó.
SOBRE LA SANCIÓN: "ES UNA LECCIÓN QUE DEBEMOS APRENDER"
Uno de estos percances surgió en la terminada etapa 7, cuando la embarcación sueca fue sancionada por entrar en la zona de exclusión de tráfico marítimo en Newport (Estados Unidos); 'MAPFRE' y 'Dongfeng' recibieron un punto de sanción. "Desafortunadamente, se cometió un error. Es una lección que debemos aprender", afirmó.
"Puedes estar o no de acuerdo, pero es una decisión que no se puede cambiar. Es parte del hecho de navegar y competir", prosiguió la holandesa. Las otras dos embarcaciones sancionadas protestaron la decisión del Jurado Internacional de la Volvo Ocean Race.