BP entra en la recta final de las excavaciones para sellar el pozo en el Golfo de México

AGENCIA EFE 09/08/2010 09:12

Tras comprobar, durante el fin de semana, la solidez del tapón de cemento con el que la semana pasada cubrieron la cabeza del manantial, los ingenieros de BP se centran ahora en el objetivo de clausurar la parte inferior del pozo "Macondo" y asegurarse de que no se produzcan nuevas fugas en el depósito.

Esa operación se llevará a cabo a través de un conducto auxiliar, que se conectará con la base del pozo para administrarle una nueva inyección de cemento y lodo pesado, y cuyo trazado entró hoy en su fase final, según anunció en una conferencia telefónica Thad Allen, encargado de coordinar la respuesta del Gobierno de EE.UU. al vertido.

"Estamos a menos de 30 metros de distancia de la intersección con el espacio anular (del pozo). Esperamos que hacia el final de esta semana podremos llegar hasta allí y comenzar la inyección", dijo.

Allen explicó que los ingenieros, que ya han cavado más de 3.600 metros, están taladrando el último tramo en intervalos de entre 6 y 9 metros, haciendo pausas para comprobar si el trazado del conducto está bien encaminado y se dirige efectivamente a Macondo.

La intersección entre los dos pozos permitirá el inicio de la operación conocida como "bottom kill" (eliminación desde la base), que marcará el fin de las tareas de contención del vertido y que BP espera completar este mes.

Una vez concluya ese proceso, los equipos eliminarán el tapón del depósito para reemplazar el preventor, es decir, el sistema de válvulas que impide que la presión en el pozo se descontrole.

Según Allen, es muy probable que el Departamento de Justicia reclame el preventor que falló como prueba en su investigación de las causas del accidente.

El principal obstáculo para los planes de BP es el temporal que se cierne sobre Florida y que se moverá en los próximos días hacia el norte del Golfo, según indicó el Centro Nacional de Huracanes, que no prevé, sin embargo, que la borrasca se convierta en tormenta tropical.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien viajará este fin de semana a Florida para disfrutar de un fin de semana familiar en la costa afectada por el vertido, se encontrará el viernes con Allen para valorar las posibles consecuencias de la temporada de huracanes en el progreso del sellado.

Allen, quien viajará el miércoles a Luisiana, Misisipi y Alabama, aseguró que por ahora los equipos "no han detectado anomalías" en la presión del pozo y que el Gobierno se centra ahora en "redoblar los esfuerzos" para limpiar los kilómetros de costa contaminados y compensar a los afectados por la catástrofe.

BP informó hoy que el coste de su respuesta al vertido asciende hasta la fecha a 6.100 millones de dólares (4.590 millones de euros), repartidos entre las operaciones para frenar la fuga y contener la marea negra, los subsidios a los Estados afectados, las compensaciones a las personas perjudicadas y los gastos federales.

La compañía también anunció hoy que ha hecho un depósito inicial de 3.000 millones de dólares en su fondo de compensación de 20.000 millones cuya creación anunció el pasado junio, y que ha creado un fideicomiso supervisado por Citigroup y dos miembros independientes para gestionarlo.

"El objetivo de esta cuenta administrada por terceros era asegurar a los afectados por el vertido que nuestra intención es mantener nuestro compromiso hacia ellos y hacia los contribuyentes de Estados Unidos", dijo en un comunicado Bob Dudley, el próximo consejero delegado de BP.

El domingo, la asesora para asuntos energéticos de la Casa Blanca, Carol Browner, afirmó a la cadena NBC que BP tendrá que pagar una "gran multa financiera" por el vertido.

Según un informe del Gobierno, el pozo ha vertido 4,9 millones de barriles de petróleo al océano desde abril, y casi tres cuartas partes del total se ha eliminado mediante diversos métodos, incluyendo la evaporación, disolución o incendios controlados.

Sin embargo, el horizonte de las tareas de limpieza aún está lejos de dibujarse, y es posible que la costa se siga manchando de bolas de alquitrán "durante años", según indicó el viernes el contraalmirante de la Guardia Costera Paul Zukunft, coordinador de la respuesta del Gobierno sobre el terreno.