Francia ayuda a Renault y PSA a cambio de que no haya cierres ni despidos

EFE 09/02/2009 18:22

De esa cantidad, 3.000 millones serán para Renault, el que más ayuda necesita; otros 3.000 para PSA Peugeot Citroën, y los 500 restantes para Renault Trucks (división de camiones), anunció el presidente tras recibir a representantes del sector en el Palacio del Elíseo.

Los fabricantes recibirán esta inyección de capital en forma de créditos preferenciales a un plazo de 5 años y a una tasa de interés del 6 por ciento.

Como contrapartida, subrayó Sarkozy, Renault y PSA se han comprometido "a no cerrar ninguna de sus plantas durante la duración de estos préstamos y hacer todo lo posible por evitar despidos".

El paquete de ayudas al sector anunciado hoy se completa con otros 2.000 millones de euros destinados a las entidades de financiación de Renault y PSA, 600 millones a los subcontratistas y proveedores, y un incremento de las indemnizaciones por paros parciales.

Son datos de un pacto que había filtrado hoy la prensa y que también había avanzado, aunque sin dar detalles, el propio Sarkozy en su discurso televisivo del pasado jueves, en el que abordó la actual crisis económica y financiera.

El presidente dejó claro entonces que el Estado saldría al rescate del sector, pero sin darle un cheque en blanco.

"Es normal que, si damos dinero público, haya contrapartidas", dijo el presidente, quien precisó, como ejemplo, que si la industria automovilística recibe financiación estatal "no es para enterarnos de que una nueva fábrica se va a la República Checa o a otro sitio".

Hoy ha vuelto a insistir en que es una ayuda con contrapartidas, un pacto destinado a lograr que Francia conserve su capacidad de producción y una industria automovilística fuerte y bien preparada para el futuro.

Sarkozy no ha descartado que este esquema se repita en otras industrias importantes con problemas, para así poder hacer frente a la crisis.

El compromiso anunciado hoy pretende impulsar un sector clave para la economía y la competitividad del país, muy afectado por la caída de las ventas, los despidos y las deslocalizaciones.

Los datos de los resultados financieros de Renault y PSA en 2008 se conocerán esta misma semana, aunque los relativos a las ventas hacen prever lo peor, ya que en el caso de PSA cayeron un 11 por ciento el año pasado, mientras que las de Renault bajaron un 21 por ciento.

Las reacciones han sido casi inmediatas. El grupo PSA Peugeot Citroën ha difundido un comunicado en el que garantiza su compromiso de no cerrar fábricas ni despedir a empleados en Francia.

Es más, el fabricante francés anuncia en la misma nota que "en los dos próximos años lanzará, en cada una de sus cinco plantas de montaje de Francia, de uno a varios modelos nuevos de vehículos".

También Renault se felicita por el crédito del Estado francés, algo que el presidente del grupo, Carlos Ghosn, calificó de "indispensable" para poder mantener su actividad y proseguir sus proyectos en el ámbito del desarrollo de nuevas tecnologías.

En un comunicado, Renault anuncia que no pondrá en marcha el plan social previsto para 2009, reafirma su compromiso de no cerrar plantas "en los próximos años" en Francia y avanza el lanzamiento en Francia, "de aquí a finales de 2012", de cinco modelos nuevos.

Los créditos directos del Estado se suman a otras ayudas ya anunciadas por el Gobierno francés para salvar a la industria del automóvil, como la prima de 1.000 euros para quien lleve al desguace su coche y se compre uno nuevo; o los 1.000 millones de euros de préstamos garantizados otorgados el pasado diciembre a las filiales de crédito de los grandes constructores.